domingo, 7 de septiembre de 2014

FRAY LUCAS MONTOYA: “Crónica General de la Orden de Mínimos de San Francisco de Paula” (1.619).

APÉNDICE DOCUMENTAL.
FRAY LUCAS MONTOYA: “Crónica General de la Orden de
Mínimos de San Francisco de Paula” (1.619).
Biblioteca Capitular y Colombina, Signatura 42-4-22.




DOCUMENTO 1. Cita del Libro Tercero, p. 182.

“Convento del Arahal, año de 1546. El siguiente año de 1546, en la villa del Arahal, siete leguas de Sevilla, fundaron convento los señores Condes de Ureña, don Juan Téllez Girón último Conde, Camarero mayor, y mayordomo del Emperador Carlos Quinto, y su muger doña María de la Cueva, en el día de la Ascensión, doze de Iunio. Es convento de casi quarenta Religiosos y estudio de Artes, era Provincial el padre fray Francisco de Baeza, va siempre en aumento, por la gran devoción de los naturales que le favorecen con limosnas de heredamientos que dexan en sus muertes”.

DOCUMENTO 2. Cita del Libro Tercero, p. 69.


“ Convento de Osuna, año de 1548. Los Excelentísimos Señores últimos Condes de Ureña, Don Iuan Téllez Girón, Camarero mayor del Emperador Carlos Quinto y su mayor Notario, y la señora condesa Doña María de la Cueva, en siete días del mes de Setiembre del año de 1548. Fundaron un Convento de nuestra orden en la su villa de Ossuna, Universidad de las mejores de Andaluzia, era a la sazón Provincial el Padre fray Diego de Alburquerque, confessor de los Condes, varon excelente en todo género de virtud. El sitio era fuera de la ciudad a la parte de Septentrion, en lo que llaman el Castillo, distante como un tiro de bronce della, edificose un bien capaz y graciosa Yglesia de sillería, y el convento con sus quartos y claustro si bien todo pequeño. La incomodidad era grande y assi con el sucesso de los tiempos, no obstante que se iba labrando un quarto de silleria, y estatua casi en perfeccion, trato la Provincia mejorar de sitio, por evitar muchos inconvenientes, principalmente los que padecían los enfermos con la grande distancia, y no poder tener tan a mano los medicos y cosas necessarias, duró algunos años este desseo, hasta que el de 1607 se trasladó dentro de la villa en buen sitio; no faltando dificultades, que como todas las cosas deseta vida las venció el tiempo, los Religiosos están contentos, y van edificando su casa y comprando sitio. Crio siempre este Convento grandes Letrados, que han ilustrado mucho las Provincias de Andaluzia, que hasta que se formaron los estudios que ya tienen, siempre en este de Ossuna, oyan y se criavan todos, aunque se dividiessen las Provincias, en la ultima divison quedo por la de Granada. Solían oyr los Estudiantes en las Escuelas, mas de muchos a esta parte, ay dos Lectores de Theulogía, con grandes exercicios y aprovechamiento. Sustenta de ordinario, 30 Religiosos”.

DOCUMENTO 3. Cita del Libro Tercero, pp. 182-183.

“Convento de la Puebla de Caçalla, año de 1555. La Grande devocion que los señores Condes de Ureña tuvieron con nuestro glorioso Padre San Francisco de Paula, si bien tenia bastantes pruevas en los muchos conventos que fundaron en su Estado, este de quien aora harè mencion, bastava para descubrir sin animos excelentissimos, aviendo edificado un gallardo convento desdes sus primeros fundamentos, en su villa de la Puebla de Caçalla, con todo lo necessario para la vivienda de los Religiosos, y  Culto Divino, adornando la Sacristia de muchos y muy ricos ornamentos de brocado, y otras telas, Calizes, Custodia, y Relicario para el Santisimo Sacramento, y plata; los dormitorios, y claustro, las celdas y oficinas, con sus camas y mesas, hasta los candiles con azeite, y torcidas: quando estavan todas las Religiones a la mira, con buenas esperanças que se prometia cada una, que seria suyo aquel convento, tuvo el Conde secreto su animo hasta el dia que la obra estava en toda perfeccion; embio a llamar al padre fray Alonso del Aguila el viejo, quarta vez Provincial, que con otros padres graves se llegassen a Osuna, donde residia el Conde: Yo tengo hecho un convento en mi villa de la Puebla de Caçalla, para San Francisco de Paula, V. Paternidad Padre Provincial le reciba en su nombre, y le pueble de Religiosos, y bolviendose a sus hijos, don Pedro Giron, y doña Madalena, les dixo: Partamos hijos con estos padres a darles esta limosna temporal, pues ellos siempre ruegan a Dios por nosotros: fueron todos juntos a la villa de Caçalla, (dista dos leguas de Osuna) y el primero dia de Febrero, vispera de la Candelaria, del año de mil y quinientos y cincuenta y cinco, les entregò el convento, y tomaron possession del, sirviendo sus Excelencias a la comida de los Religiosos en el refetorio este dia, con notable demostracion de su gran piedad y devocion. El dia siguiente ordenaron sus Excelencias, que se hiziesse una solene procession, en que assistieron con devocion increible; gustaron se llamasse este Convento de nuestra Señora de la Candelaria: presentò la señora doña Madalena Giron su hija, una Cruz de plata al convento, en señal de patrona, que lo fue siempre devotissima: no es muy grande el edificio, tiene veinte Religiosos, y de algunos años a esta parte es casa de Recoleccion, donde se vive con notable observancia, y recogimiento”.


DOCUMENTO 4. Cita del Libro Tercero, p. 192.

“ Convento de Morón, año de 1584. Siendo Provincial el padre fray Pedro de Oxeda se fundó el Convento de nuestra Orden en la villa de Morón, del estado de los Duques de Osuna, por el excelentísimo señor Duque don Pedro Girón, primero Virrey de Nápoles, por años de 1584 esta sito por la parte del campo, arrimado a la mesma villa cerca del camino que va a Sevilla. Su título es de San Sebastián, buena iglesia, y tiene labrado un buen quarto con vivienda acomodada para treinta religiosos que sustenta de ordinario con limosnas de los fieles”.


viernes, 2 de agosto de 2013

Documentos relativos al Terremoto de 1755: Osuna, Morón de la Frontera y Marchena



DOCUMENTOS RELATIVOS AL TERREMOTO DE 1755.

Recopilación a cargo de Francisco Javier Gutiérrez Núñez







Documento n° 1.-



MARTÍNEZ SOBRES, José Manuel: Los efectos en España del terremoto de Lisboa (1 de noviembre de 1755), Ministerio de Fomento - Dirección General, Instituto Geográfico Nacional, Madrid 2001, pp. 496-497.



Apéndice II. Trascripción de los documentos del Archivo Histórico Nacional, pp. 496-497.



[637] OSUNA (Sevilla).



“Osuna, 25 noviembre 1755.

El Alcalde mayor.

A consecuencia de orden de V. I. refiere lo acaecido con el terremoto.

Ilustrísimo Señor:

Señor:


En obedecimiento de la Orden de S. M. (que Dios guarde) que se sirvió V. I. comunicarme en fecha de 11 del que sigue para cumplir exactamente con su contenido me he informado así en esta villa, como en las nueve aldeas que se comprenden en su distrito y de mi jurisdicción, y que se nombran Sausejo, Navarredonda, Majadahonda, Mesquetillas, Villa Nueva de San Juan, Corrales, Jara, Lantejuela y Rubio, de los reverendos padres curas, y otras personas las más juiciosas y de comprensión, sobre su contenido.


Y así, por sus informes como por lo que he visto, y notado, noticio a V. I.:


Que el día sábado primero de el presente mes de noviembre, como hora de entre las nueve y diez de la mañana, en tiempo de la mayor parte de el pueblo se hallaba en las Iglesias y plaza pública, se notó alguna conturbación en el Sol, e inmediatamente un gran terremoto que hizo estremecer y bambonear todos los edificios con grande agitación, por espacio de siete minutos, poco más o menos, sintiéndose al mismo tiempo un gran rumor, o estrépito subterráneo, como de gran número de carruajes que rodaban, gran polvareda y gritos, y conturbación de la gente que veían moverse con grande y continua agitación los edificios, causando haber destrozado el cuerpo de la torre de esta Colegial en que está la aguja y en que pende el reloj, encima de la cornisa de las campanas derribando parte de un paño de ella, y dejando los ángulos que miran a Poniente, y Mediodía, desplomados y muy lastimados, y el cuerpo de la Santa Iglesia, que se compone de cinco naves padeció igualmente, pues no se puede habitar en él sin repararlo con gran costa y estipendio, habiendo causado semejantes perjuicios en las demás Iglesias y torres, y especialmente en la del colegio de la Compañía de Jesús de esta villa.


Y muchas de las casas de habitación se han condenado por los alarifes, que de mi orden las han reconocido por el gran riesgo que amenazaban, y otras han quedado con precisión de hacerse muchos reparos en ellas, en cuya razón que me ha parecido conveniente.


Siendo semejantes los efectos en las expresadas aldeas de esta jurisdicción, aunque por la Misericordia de Dios Nuestro Señor no se ha experimentado desgracias, muerte ni herida alguna de persona, ni animales, lo que se atribuye a la poderosa intercesión de María Santísima y sus Patronos San Arcadio, San Roque y San Sebastián, por lo que se han practicado ayunos, procesiones generales de rogativas, fiestas de hacimiento de gracias a dichos Patronos, misión que han hecho los jesuitas con gran fruto con continuas rogativas, todas las noches por las calles, que continúan actualmente, a efecto de aplacar la indignación divina.

Después del referido principal terremoto se ha sentido por varias personas la repetición de algunos más ligeros, y de poca duración y, en especial, en la noche del día domingo 16 del presente mes, como a hora de la una, por algunas religiosas Comunidades, que estaban en maitines.


Algunos individuos refieren que en la noche del sábado quince, poco después de la oración, observaron un candilejo a gran resplandor hacia el Mediodía, que esclareció tnato aquellos parajes que se distinguieron desde estaban los olivares a media legua de distancia.


Que es cuanto en cumplimiento de la citada Orden puede noticia a V. I. y deseando muchas de su mayor satisfacción, deseo guarde Nuestro Señor la vida de V. I. lo smuchos años que puede. 


Osuna, y noviembre 25 de 1755.


Ilustrísimo Señor.


Besa las manos de V. I. su más rendido servidor.



                                                                                              Joan Moreno y Abendaño.



Ilustrísimo señor Obispo de Cartagena”.



(3.183-1°).





Documento n° 2.-



MARTÍNEZ SOBRES, José Manuel: Los efectos en España del terremoto de Lisboa (1 de noviembre de 1755), Ministerio de Fomento - Dirección General, Instituto Geográfico Nacional, Madrid 2001, pp. 707-708.



Apéndice III. Trascripción de los documentos de la Real Academia de la Historia, pp. 707-708.



MARCHENA (Sevilla).



“Estuvo también algo turbada la luz con una especia de Niebla que disipó el Norte, aunque no enteramente. A las 9 y media poco más, precediendo un rumor sordo, dio principio a temblar blandamente la tierra, lo que fue creciendo hasta una notabilísima violencia que subsistió de 7 a 8 minutos. Las ruinas en Iglesias, Conventos y Casas fueron graves: del Templo de San Juan Bautista se separó la torre, y con sus vaivenes golpeo ocasionó desunirse la Bóveda y abrirse dos de sus paredes maestras, varias claraboyas, y algunos Arcos. En la Parroquia de San María cayó el Capitel de la torre, y quedó esta próxima a derruirse; la de San Miguel se mandó derribar del mismo modo que la Parroquia de San Sebastián.


En el Convento de Capuchinos se corrió el tejado de la Iglesia, y hubo otros perjuicios, igualmente que en de San Agustín, y en el de Recoletos Franciscos; en el de los Observantes cayó la vivienda de los Coristas, con otras cinco celdas, se lastimó la Iglesia y hendieron algunas paredes; en el de San Domingo no faltaron estragos, singularmente en el Claustro y en la Capilla de nuestra Señora del Rosario, bien que en esta sin muerte ni herida alguna, no obstante lo expuestos que estuvieron el Religioso que celebraba la misa, y el concurso numeroso que asistía a ella. De las Casas será preciso apear muchas y componer otras. En los días siguientes se observaron varios fenómenos lucientes del Oeste al Sur, y se repitió el terremoto el 8 a la misma hora, aunque levemente”.





Documento n° 3.-



MARTÍNEZ SOBRES, José Manuel: Los efectos en España del terremoto de Lisboa (1 de noviembre de 1755), Ministerio de Fomento - Dirección General, Instituto Geográfico Nacional, Madrid 2001, pág. 473.



Apéndice II. Trascripción de los documentos del Archivo Histórico Nacional. Pág. 473.





[594]. MORÓN DE LA FRONTERA.



“Morón de la Frontera, 1 de Diciembre de 1755.

El Alcalde Mayor.

Da noticia de lo ocurrido con el terremoto a consecuencia de Orden de V. I.

Ilmo. Sr.

Señor:


En observancia de la Orden de V. S. I. con fecha de 8 de noviembre próximo, debo decir:


Que a el siguiente día del temblor de tierra se dio orden a los alarifes nombrados por la villa para reconocimiento general de iglesias, y casas de habitación, el que finalizaron el sábado próximo y que ha resultado encontrar graves daños que amenazan las iglesias y conventos Franciscanos observantes, en el casco de la villa, y de recoletos, extramuros de ella, con el título del señor San Pablo de la Breña, cuyo reparos consideran necesitasen para ellos dos mil y quinientos ducados en aquel, y mil en este, y aunque la parroquia y los otros templos no hallan daño del mayor reparo, alguno encuentran.


En casas de habitación humildes, que enumeran 18, se está ejecutando lo que dichos alarifes miran convenientes, que es demoler unas y apuntarlas otras.


Desgracias de muertos ni heridos no ha habido alguna ni señal que antecediese al temblor, que se juzgase pronosticado, pues sólo después de pensado se reflexiona y toda la mañana manifestó como tristeza el Sol y lo mismo el cielo.


No he oído que eclesiásticos y seculares juiciosos tuviesen antecedente alguno que avisase el fracaso.


Este duró como ocho o diez minutos, de nueve a diez de la mañana del día 1° de noviembre próximo pasado.


Siendo cuanto ocurre, en cumplimiento de la citada Orden, me ofrezco rendido a la disposición de V. S. I. deseando la repetida en que ejecutar mi obediencia.


Nuestro Señor guarde a V. S. I. dilatados años. Morón y diciembre 1° de 1755.


Ilmo. Sr.:


Besa la mano de V. S. I. su más atento servidor.


Joseph Ignacio de Angulo.



Ilmo. Sr. Obispo de Cartagena”.



(3183 – 1°).




Documento n° 4.-


MARTÍNEZ SOBRES, José Manuel: Los efectos en España del terremoto de Lisboa (1 de noviembre de 1755), Ministerio de Fomento - Dirección General, Instituto Geográfico Nacional, Madrid 2001, pp. 473.



Apéndice II. Trascripción de los documentos del Archivo Histórico Nacional.

Pág. 473.



[595]. MORÓN DE LA FRONTERA.



“Muy Sr. Mío:


Del fallecimiento de D. Francisco Cándido Amoroso, Corregidor que fue de esta villa, me resulta la complacencia de ponerme a la obediencia de V. S. para informar lo de las circunstancias contenidas en la que V. S., con fecha de 18 noviembre próximo dirigió al difunto y hallándome teniente del empleo que ejercía, ejecuto dicha Orden para decir:


Que en el día 1° del citado mes se sintió en esta villa entre nueve y diez de la mañana, el temblor de tierra, que duró de ocho a diez minutos, sin que hubiese antecedido señal alguna que lo anunciase, pues, aunque toda la mañana se reparó no tener el Sol sus regulares reflejos, estando algo opaco, aún el cielo con novedad, nadie juzgó terminasen estas señales sino alguna causa natural, como niebla, que suelen acaecer.


No he oido que eclesiásticos ni seculares juiciosos hallan hablado de antecedentes que hubiesen observado.


Ni muerte ni herida ha habido en esta villa ni en edificios prontas ruinas, aunque sí amagos, con especialidad entre los conventos Franciscanos observantes en esta villa, y extramuros de ella; en el de recoletos, de la misma orden, con el título de Señor de San Pablo de la Breña, y aunque en la Parroquial también se reconoce daño no amenaza como dichos conventos su pronta ruina ni se discurren tan costosos sus reparos, pues el de el convento de la Observancia requieren los alarifes en 2.500 ducados y en el de San Pablo pasan de mil.


Por lo que respecto a casas humildes han padecido, según informan los alarifes que en el día indicado al temblor se les dio orden para que con el mayor esmero reconociesen con distinción las que necesitan demoler, o las que no estaban apuntalar, con cuyo dictamen se está ejecutando uno y otro en 18 casas, que son en las que han encontrado daño alguno de reparo.


Repito mi obediencia a la de V. S. deseoso de servirle y que nuestro Sr. dilate su vida muchos años. Morón y noviembre (digo diciembre), 1° de 1755.


Beso la mano de V. S. su mayor servidor, D. Joseph Ignacio de Angulo.



Sr. D. Fernando Valdés y Quirós”.



(3.183-1°)

sábado, 25 de diciembre de 2010

´Deseosos de elexir el mejor facultativo de las Andalucías´: la elección de médico titular de Marchena (1779 y 1784)”







´Deseosos de elexir el mejor facultativo de las Andalucías´:
la elección de médico titular de Marchena (1779 y 1784)”

Francisco Javier Gutiérrez Núñez
 IES López de Arenas (Marchena)
Publicado en 
REVISTA de HESPÉRIDES nº 15 (abril 2013), pp. 14-18




1.- Una “cuestión de conciencia”

La labor del historiador no puede contaminarse de “presentismo”, pero en muchas ocasiones los temas cobran relevancia ante sus ojos de forma inevitable, y más en tiempos tan difíciles como los que vivimos, donde se cuestiona los pilares del llamado Estado del Bienestar. Discurría la mañana del lunes 13 de agosto de 2012, en el Archivo Municipal de Marchena, y consultaba el Libro 18 de las Actas Capitulares (1777-1784), cuando me topé con la renuncia de Manuel Maestruccio Tejada, médico titular de la villa en el año 1778. A partir de ahí apareció una ingente documentación para cubrir su plaza vacante. Hasta 15 médicos aspiraron a sustituirlo, llegando a ganar la “carrera” el Doctor José García Cazalla, el cual sin embargo no se mantuvo muchos años en el cargo porque en el año 1784 dejaba paso a Juan García Carnero. En ambas ocasiones se repiten 2 cuestiones. [1]

En primer lugar la gran importancia que los capitulares le dieron al proceso de selección, hasta el punto de considerar una “cuestión de conciencia” el momento definitivo de la votación y elección del mejor médico que atendiera a los sectores más populares y humildes de la villa. Debido a la enorme importancia que le dieron al tema, todos ellos solicitaron consejo y asesoramiento a los mejores facultativos de las ciudades de Carmona, Jerez de la Frontera y Sevilla. Los capitulares en sus ampulosos discursos mostraban sus deseos de acertar en la gestión de la “cosa pública” y así lograr el “bien común” de su República, cuando llegaban a afirmar que estaban  “deseosos de elexir el mejor facultativo de las Andalucías” (sesión de 3 de agosto de 1784).

En segundo lugar, en ambos momentos los facultativos mostraron un enorme interés por ocupar la plaza de médico titular de Marchena, por una sencilla razón, porque como afirmaba el Asistente de la villa, D. Alonso del Real y Zúñiga,  era “(…) la mas dotada en el Reino y el pueblo tan crecido, lo han servido siempre los primeros médicos de la Andalucía” (sesión de 22 de mayo de 1779). Y sin duda lo era. A través del Catastro de Ensenada conocemos que la renta anual de un médico en Marchena era de 13.200 reales, en Osuna de 13.800 reales y en Estepa de 10.400 reales. El médico titular de la villa de Marchena, tenía un salario anual fijo de 350 ducados anuales más otros incentivos, lo cual la convertía en un plaza muy apetecida, por muchos médicos de los lugares más dispares de Andalucía en el año 1779.



Imagen 01.- Vista de Marchena. Georg Hoefnagel:
Civitatis orbis terrarum, Tomo IV, año, 1568.
 
2.- Servir en Marchena: 
la “marcha” de D. Manuel de Maestruccio Tejada (1778).

La plaza de médico titular y oficial de la villa era costeada por cada Cabildo de sus bienes de propios o bien mediante repartimiento entre sus vecinos. Marchena pagaba su salario de los bienes de propios y por diversos motivos, en ciertos momentos del siglo XVIII, llegó a ser toda una aventura lograr contratar a un médico de prestigio que se mantuviera en la villa sirviendo su plaza durante varios años, ante las mejores ofertas económicas de otros lugares. En cierta forma contar con el “mejor facultativo” posible era una compensación paternalista del Señor (Duque de Arcos), para contentar a sus vasallos que soportaban grandes cargas impuestas por su servidumbre (el “común”). Tenemos recogido que la plaza de médico titular de Marchena fue ocupada en distintos momentos por José de Esparza (1686-1693), Francisco Compaño (1695-1704), Juan de Ariza (desde 1704) y Manuel Maestruccio y Tejada (h. 1736-1778).

El 3 de septiembre de 1778, D. Antonio de Villegas, Síndico Personero, comunicaba al Cabildo en sesión capitular de 3 de septiembre de 1778, el “deplorable estado” en que se hallaba Maestruccio, a causa de su avanzada edad y “ancianidad”; siendo evidente que ya no asistía a los enfermos como debía y como lo había hecho siempre. Según Villegas el “común de vecinos” se hallaba “con el mayor de los disgustos”, culpando al Ayuntamiento de no tomar medidas para solucionar el problema originado y de no haber nombrado otro médico en su lugar. La asistencia estaba relativamente cubierta, con otros dos médicos que también ejercían en la villa: D. Pedro Carrillo y D. Manuel Montero. Pero según Villegas, el “común” no estaba “gustoso”, por la poca edad y práctica de ambos, y todo lo ponía en conocimiento del Cabildo para “para descargo de su conciencia y empleo”.

El Cabildo tomó el acuerdo de nombrar como Diputados a D. Francisco de la Cortina (Alcalde Mayor) y a D. Antonio Villegas (Síndico Personero), para que comunicaran a D. Manuel Maestruccio “los lamentos del pueblo” y la necesidad que renunciara a la plaza. Negociaron con él su pensión de jubilación, en consideración “a lo bien que ha(bía) cumplido con este común”, e iniciaron las oportunas diligencias para contratar a otro médico en su lugar. Ambos convencieron a Maestruccio, el cual presentó su renuncia el 5 de septiembre de 1778. Recordaba sus 42 años de servicio como médico en Marchena, y afirmaba “(…) estar muy cansado del inmenso trabajo que ha(bía) tenido en dicho tiempo, en el que le parece ha(bía) cumplido con toda exactitud, celo y caridad, y en cumplimiento de su obligación cristiana en esta dicha villa (…)”. Reconocía estar enfermo y que no podía seguir ejerciendo, por ello solicitaba su relevo con la condición que le dejaran “los honores de médico titular”, y que su pensión se descontara del salario del primer médico nombrado en su lugar.

El Cabildo aceptó su renuncia, pero ya anunciaba el problema de costear un doble salario, cuando no contaba con fondos para ello: el de jubilación y el del nuevo médico. Se apuntó la posibilidad que en agradecimiento a la larga trayectoria de Maestruccio, unas 30 o 40 personas de las más “principales” del vecindario, aportaran en señal de agradecimiento, ciertas cantidades de dinero para costear de forma voluntaria su jubilación. En sesión de 5 de septiembre se tomó el acuerdo que D. José Montiel (Alcaide del Castillo), viajara a Sevilla a entrevistarse con D. Francisco Antonio Domezain (Intendente General del Reino de Sevilla), para determinar como solucionar el tema y qué cantidad fijarle como pensión de jubilación.

El 7 de septiembre se reunieron en las salas capitulares, una Junta de Vecinos presidida por el Asistente, a la cual acudieron distintas personalidades de la villa, para tratar el tema de la jubilación de D. Manuel. Todos estuvieron conformes en fijarle 250 ducados de pensión anual siendo costeada de los bienes de propios, y si esto no pudiera ser, se acordó recurrir a contribuciones particulares o bien a un repartimiento. 





Imagen 02.- La lección de anatomía del

Dr. Nicolaes Tulp (1632), Rembrandt.
 

3.- El “desaire” de D. Valentín González 
(septiembre-diciembre de 1778)

En la sesión de 19 de septiembre, se reconocía que había 4 aspirantes, Valentín González (médico en Sevilla), José García Carnero (de Écija) y D. Gerónimo González Cordero (de Arcos de la Frontera) y José Hidalgo. Todas las cualidades requeridas concurrían en la persona de Valentín González, natural de Marchena. Había sido médico titular de la vecina villa de Fuentes de Andalucía entre 1764 y 1772, y había ejercido de médico 2º en Marchena, ejerciendo en ese año de 1778 como Secretario 1º de la Sociedad Médica de Sevilla. Los diputados le ofrecieron la plaza de médico titular de Marchena, por la buena fama y opinión que de él se tenía en la localidad tras su paso por ella, con un salario de 350 ducados anuales. González renunció a la oferta por carta, solicitando 500 ducados anuales para aceptar el cargo.

Tras varios meses de gestiones para intentar llegar a dicha cantidad y contentar a González, el Asistente el 14 de diciembre solicitaba que se paralizaran. Se tomó el acuerdo de no admitirlo como médico titular ni como médico 2º, ni ahora ni en un futuro. Sin duda las negociaciones se tensaron y terminaron por romperse. El Cabildo no estaba dispuesto a “experimentar otro desaire”, cuando el puesto era el “más bien dotado que hay en la Provincia”. Se acordó establecer un plazo de 12 días para el proceso de selección de pretendientes, que tendrían que presentar un memorial para postularse al cargo. Varios capitulares intervinieron y propusieron como idóneos, a dos médicos; el ya citado Gerónimo González Cordero y José García López, que ejercían en Arcos de la Frontera y Paradas respectivamente. Cordero tenía 350 ducados de salario anual en Arcos, pero ésta era una ciudad “inaccesible (…) para andarla a pie y a caballo y las muchas caídas que ha dado, le inclina(ría) a variar de establecimiento”.

4.- La elección de “1779”: José García Cazalla

4.1.- Nuevas protestas de Maestruccio

La Duquesa de Arcos aprobó por carta la convocatoria para sustituir a Maestruccio (Madrid, 13.XII.1778). Solicitó al Cabildo que se tomaran informes reservados, sobre la aptitud, genio, conducta y otras circunstancias de los candidatos, para proceder después a su elección de forma imparcial, con “juicio y quietud” y “sin llevar, ni tener presente otro objeto que la utilidad y beneficio de la pública salud”. 

A todos los inconvenientes  del proceso de selección, se unieron las protestas de Maestruccio, el cual dirigió dos cartas al Cabildo. En la primera, fechada el 18 de diciembre, le comunicaba su rechazo y oposición a quedarse sin pensión de jubilación, y a que se le despojara de lo que poseía “tan afianzadamente”. Argumentaba que estaba mejorado y que había vuelto a trabajar, atendiendo a cuántos enfermos lo necesitaban, contando con la asistencia y ayuda de D. Pedro Carrillo y D. Manuel Montero, “todas personas hábiles de mi aprobación y adornados del mejor acierto”, sin que hubiera enfermo que experimentara “la más mínima falta”. En la segunda de ellas (sin fecha), afirmaba que Cortina y Villegas, le habían incitado y persuadido a que renunciara a su empleo a cambio de ciertas condiciones y ofrecimientos que no se habían cumplido. Por ello siguió trabajando y asistiendo a los enfermos, llevándose una nueva sorpresa, las diligencias que realizaba el Cabildo para sustituirlo y recibir nuevo médico en su lugar. 

4.2.- La votación del 22 de mayo de 1779
          
       Durante los primeros meses del año 1779 continuó vacante la plaza de médico titular. Se distribuyeron carteles por la ciudad de Sevilla anunciando la existencia ella. Se presentaron inicialmente 10 candidatos a los que se les unió 5 más. A través de un informe del Asistente conocemos que a mediados de abril, le fue entregado a los  capitulares un listado de los 15 pretendientes, para que se informaran sobre la trayectoria y cualidades de ellos. La mayoría de las consultas e informes que acumularon los capitulares, apuntaban a José García Cazalla como el más adecuado para el puesto. Era médico en Sevilla y Catedrático de Medicina en su Universidad. 

Sin embargo no fue nada fácil el proceso, ni fue tan “limpio” como parece. Detrás de todo se intuye la defensa de intereses particulares de ciertos miembros de la élite local. Uno de los candidatos, Fernando Pedro Segura era ahijado de Nicolás de la Cortina, presbítero de Marchena y familiar de Francisco de la Cortina (Alcalde Mayor). Otro de ellos, del cual desconocemos el nombre, era “compadre” del propio Asistente y su propio médico, a pesar de lo cual declaraba su neutralidad. 

Cuando parecía que iba a producirse la definitiva elección en el Cabildo, saltó el rumor, que era un médico “principiante con dos años y medio o tres de médico”, lo cual desorientó a los capitulares y vecinos. Para averiguar la verdad y proceder a la elección sin error, el 8 de mayo se le pidió a Cazalla que enviara original del título de médico, lo cual hizo, y además acompañó de otras certificaciones de la Universidad de Sevilla.

         La Duquesa de Arcos remitió carta al Cabildo, esta vez fechada en Aranjuez, el 13 de mayo, expresando al Cabildo que no se crearan diferencias y disputas con el Cabildo de Paradas, por ser uno de los candidatos su médico titular, José García López. 

Tras este retraso finalmente se procedió a votar el 22 de mayo. Antes de proceder a la votación se dio lectura a un memorial presentado por Manuel Diosdado (Síndico Personero) y Agustín Luque Baquero (Síndico Procurador General), que defendía la valía de García Cazalla. Ambos no tuvieron voto. Votaron 13 personas, el Alcaide del Castillo, el Alcalde Mayor, el Alguacil Mayor, los dos Alcaldes Ordinarios, 6 Regidores y 2 Jurados.  Se procedió al recuento: José García Cazalla contó con 7 votos, José García López con 4, Manuel Montero y Gaspar Pons, con un voto cada uno.

4.3.- Quince aspirantes a la plaza.

En el citado Libro 18 de Actas Capitulares (1777-1784) se conservan las numerosas cartas de consultas y los informes que recopilaron los capitulares para votar en “conciencia”. Además se conservan las numerosas cartas memoriales de los pretendientes a la plaza. Sin duda esta rica documentación nos permite reconstruir la trayectoria profesional de los pretendientes y las opiniones que sobre ellos se tenían. La hemos complementado con la consulta del Archivo Histórico de la Universidad de Sevilla. De los 15 pretendientes, 11 de ellos pasaron en algún momento por la Hispalense, lo que nos ha permitido averiguar algunos de orígenes familiares. 

01.- Andrés Adame de Vargas y Quirós. Nació en Villanueva de la Serena (Badajoz), en 1736, siendo hijo de Antonio Adame de Vargas Quirós y Ana Cortés. Sus primeros pasos fueron en la Universidad de Sevilla, donde se graduó el 15 de diciembre de 1762 como Bachiller en Artes. Al poco tiempo el 7 de mayo de 1763 se graduó como Bachiller en Medicina, siendo revalidado como Médico, hasta que en el año 1769 se graduó como Licenciado y Doctor en Medicina. En el año 1778 era miembro del Claustro de la Universidad de Sevilla, como Catedrático de Anatomía y Examinador de los grados de Bachiller en la Facultad de Medicina. De él se conserva un pequeño opúsculo que trata sobre la curación de la viruela.

Estuvo casado con Juana Jiménez, de cuyo matrimonio nació su hijo Serafín Adame de Vargas Jiménez en el año 1773, también médico.

02.- José Caro Marín. Nació en el barrio de Triana (Sevilla), en el año 1746, siendo hijo de Juan Caro y Josefa Marín Román. Cursó estudios en la Universidad de Sevilla, graduándose el 11 de abril de 1769, como Bachiller en Artes, y el 15 de noviembre de 1771, de Bachiller en Medicina. Ejerció de médico titular de Campofrío y Gibraléon (Huelva), y en el año 1778 lo era de Trebujena (Cádiz). En su carta de presentación al puesto alegaba como mérito haber sido discípulo de D. Florencio Delgado, médico de la ciudad de Sevilla. Éste lo confirmaba por carta fechada en 24 de abril de 1779. Decía que aunque Caro no contaba con los títulos, honores y méritos de García Cazalla y Pons, era un excelente candidato por la “estimación” que le tienen en los lugares en que ha ejercido y la “muchas alabanzas” que le hacían en Trebujena, su actual destino en esos momentos, por mantener una “su arreglada conducta, distracción de los negocios públicos e imparcialidad en ellos”.

03.- Pedro Carrillo. En 1778 era el 2º médico titular de Marchena, siendo su deseo pasar de segundo a primer médico, argumentando que había ejercido eficientemente su cargo durante 14 años, relevando en ausencias y enfermedades a Maestruccio. Además en su favor alegaba que durante esos años había sido discípulo de él. Uno de los consultados, Francisco de Buendía Ponce (médico de Sevilla), decía de Carrillo que era “muy juicioso, aplicado y con tino médico práctico”.

04.- José García Cazalla. Nació en Arahal (Sevilla), en el año 1741, siendo hijo de José García Cazalla y María Carvajal. Cursó estudios en la Universidad de Sevilla, en Sagrados Cánones, graduándose como Bachiller en Filosofía. Posteriormente se graduó el 19 de febrero como Bachiller en Artes, y el 8 de abril de 1767 como Bachiller en Medicina. El Real Protomedicato comisionó a D. Pedro Ramos, Oidor de Sevilla, para que lo examinara. Tras aprobar fue facultado para el ejercicio de la Medicina, por Real Título firmado y expedido en Madrid el 12 de octubre de 1769. En 1771 se graduó como Licenciado y Doctor en Medicina, por la Universidad de Sevilla.

El 1 de abril 1771 tomó posesión de la Cátedra de Víspera de la Facultad de Medicina, en la cual se mantenía en 1779. Ejerció como Examinador en todos los grados de dicha Facultad. Además fue recibido como Académico Honorario por la Real Academia de Buenas Letras de la ciudad de Sevilla, y admitido como Socio de número de la Real Sociedad de Medicina de Sevilla.
           
        Se acreditó que contaba con numerosos discípulos que ya ejercían como médicos. La mayoría de los informes se decantaron por Cazalla, valorando de forma positiva su trayectoria.

05.- José García Franco. Nació en Carmona (Sevilla), en 1736, siendo hijo de Domingo García Franco y Mariana de Perea. De él conocemos que se graduó el 9 de abril de 1763, como Bachiller en Artes por la U. de Sevilla, y en ese mismo año también lo hizo como Bachiller en Medicina. En su carta de presentación (1778), afirmaba ser “médico aprobado”, que llevaba 17 años ejerciendo como médico en Carmona, los 3 primeros con su maestro D. José Rodríguez Hidalgo, alegando como mérito ser el único médico del Corregidor y de las principales familias nobles de la localidad. 
     
       06.- José García López. Nació en Sevilla en el año 1741, hijo de Pedro García Salas e Isabel López. El 17 de marzo de 1753 se graduó como Bachiller en Artes por la Universidad de Sevilla. En 1760 se graduó en la misma Universidad, como Licenciado y Maestro en Artes. No sabemos ni dónde ni cuando se graduó de Doctor en Medicina, aunque él reconocía ser “médico revalidado” y ser miembro del Claustro y Gremio de la Universidad de Sevilla, donde había sido Examinador en la Facultad de Medicina, siendo profesor sustituto en las Cátedras de Prima y Anatomía.

Ejerció como médico titular de varias localidades, antes de pasar a ser el médico titular de la villa Paradas, cuyo Cabildo le prorrogó en el cargo por 10 años en sesión celebrada el 2 de noviembre de 1776, con un salario anual de 200 ducados. El compromiso al que llegaron ambas partes consistía en que el Cabildo se comprometía a no buscarle sustituto, y él a no renunciar para tomar otra plaza, aunque ésta le fuera económicamente más ventajosa. Es evidente que López incumplió el pacto, al postularse a la plaza vacante de Marchena, por carta fechada en Paradas el 20 de diciembre de 1778. En las distintas consultas que se hicieron, salió bien parado. Por ejemplo Juan García Carnero (médico de Écija), comentaba sobre él que lo conocía y había tratado, y aseguraba que estaba bien preparado y era un buen candidato.

07.- Agustín González. Nació en Cuevas de Provanco (Segovia), en el año 1734, siendo hijo de Francisco González y María de Morales. Cursó sus primeros estudios en la Universidad de Valladolid, 5 años de Teología Escolástica, 2 años de Cánones y 1 curso de Medicina (1755-1756). Se trasladó a Sevilla, graduándose por su Universidad el 17 de abril de 1758, como Bachiller en Artes y ese mismo año como Bachiller en Medicina. En 1778 ejercía como médico titular de Manzanilla (Huelva). En su carta de presentación fechada el 22 de diciembre, alegaba como mérito haber estudiado “Teoría” en la Universidad hispalense, y haber practicado con el célebre médico D. Manuel Pérez. Argumentaba que contaba con una dilatada carrera de 20 años de experiencia como “médico revalidado”, desde el año 1759 cuando viajó a Madrid y fue aprobado por el Protomedicato. Proponía al Cabildo de Marchena, que solicitara referencias de él a varios médicos de Sevilla: D. Francisco Buendía Ponce, D. Bonifacio Lorite, D. Antonio Rodríguez, D. Carlos Zapata y D. José Contreras. Buendía opinó de él que daba “muestras de muy racional, instruido y práctico”.

08.- José de León Gutiérrez. Nació en Antequera (Málaga), en 1745, siendo hijo de Gerónimo de León e Inés Gutiérrez. Cursó estudios en la Universidad de Sevilla, graduándose el 4 de mayo de 1744, de Bachiller en Artes, y en 1745, de Bachiller en Medicina. En su carta de presentación afirmaba que se había instruido “bajo el auspicio y doctrina de su Catedrático de Prima, el famoso Dr. D. Isidoro Maestruccio”. A su favor alegaba que había practicado la facultad de Medicina, en la ciudad de Antequera, con el Doctor D. Jacinto de Zayas, “conocido por su literatura y feliz práctica”, donde él mismo había ejercido durante 30 años. Y aunque ya era uno de los tres médicos más antiguos de la ciudad, el Cabildo de Priego de Córdoba le ofreció la plaza de médico titular de la villa, la cual aceptó tal como constaba en acuerdo capitular de 2 de mayo de 1776. A finales de 1778 seguía ejerciendo como médico en Priego.

09.- José María Martínez Amador.  Nació en Jerez de la Frontera (Cádiz), en 1752, siendo hijo de José Martínez Amador y María del Carmen Caballero. Se graduó el 16 de abril de 1771, como Bachiller de Filosofía, por la U. de Sevilla, y en 1774, como Bachiller en Medicina. En febrero de 1777 fue revalidado en el Grado de Medicina y en 1778 declaraba en su carta de presentación ser profesor en la Facultad de Medicina.

10.- Manuel Montero. Natural y vecino de la villa de Marchena. En su carta de presentación  afirmaba que era médico revalidado por el Real Protomedicato. En abril de 1779 contaba con 36 años y ejercía como médico en Marchena. Quería remarcar que su perfil no coincidía con otros colegas de profesión, y que su trayectoria había sido singular. Había  estudiado la “Teórica” en la Universidad de Sevilla y la “Práctica”, “no por el orden común de los demás”. La novedad de su formación residía en haber ejercido durante 6 años en el Real Colegio de Cirugía de la Armada (Cádiz), la primera institución de Europa en conceder el título de médico-cirujano. Había aprovechado el tiempo no sólo ejerciendo su Facultad, sino también practicando  la “Quirúrgica”, lo cual le había llevado a mejorar en su práctica diaria al encontrar casos mixtos, usando su doble conocimiento, para sanar a muchos enfermos de la villa con éxito. Además había pasado dos veces a las Indias, asistiendo como Médico y Cirujano de los Regimientos de América y de Irlanda, por nombramiento del Magisterio del citado Real Colegio, en uso de las facultades Reales que éste tenía.

11.- Gaspar Pons Flaguer.  Nació en 1721 en Mahón (Menorca), hijo de Damián Pons y Juana Flaguer Coniuges. Sus primeros estudios los realizó en la Universidad de Salamanca, en la cual fue examinado y graduado en Bachiller en el año 1748. Desconocemos los motivos, pero continuó sus estudios en la Universidad de Gandía, graduándose de Doctor en Medicina el 18 de abril de 1750. Ese mismo año fue aprobado por el Real Protomedicato de Castilla. Al año siguiente (1751), pasó a ser médico de Cámara del  Duque de Villahermosa, Conde de Luna y de Aragón, a cuyo servicio estuvo 5 años. En 1756 fue elegido médico titular de la ciudad de Jaén y su Real Hospicio, cargo al que renunció en 1760 para trasladarse a Sevilla. En 1762 fue nombrado médico del Hospital de la Caridad y de los Clérigos Menores. En 1769 fue admitido como Socio Honorario de la Academia de Buenas Letras. En 1770 fue nombrado Protomédico de las Reales Minas de Guadalcanal, Cazalla y Galaroza, en cuyo servicio seguía en 1779.

En 1772 se doctoró en la Universidad de Sevilla y defendió unas “conclusiones públicas de Medicina práctica sobre varias materias tocantes a la recta curación del morbo gálico”. En 1779 formaba parte del Claustro de Medicina de la Universidad de Sevilla, en cuya ciudad residía. Florencio Delgado confirmó que Pons había ejercido la medicina en Jaén y Sevilla, “con opinión y crédito, como me consta y es de una conducta regular en lo político y civil”. De él se conservan varias obras impresas.

12.- Antonio de Rivas. El 18 de de diciembre de 1778, remitía una carta a D. José García Jiménez, agradeciéndole ser recomendado a la vacante de médico titular de Marchena. Poco sabemos de su trayectoria, tan sólo que ejercía como médico en Écija. Juan García Carnero (Écija), decía de él que era un “facultativo tan hábil, como lo acredita su pública voz, y por mi parte lo aseguro, y la experiencia lo acreditará”.

13.- José Rodríguez Hidalgo. Nació en La Campana (Sevilla), en el año 1715, siendo hijo de Pedro Rodríguez Hidalgo y Magdalena Aldonza de la Pila. Se graduó el 5 de abril de 1734 como Bachiller en Artes, por la Universidad de Sevilla, y al año siguiente, en 1735, se graduó como Bachiller en Medicina. Buendía afirmaba que tenía noticias que era un “médico acreditado y buena conducta”.

14.- Fernando Pedro Segura. Nació en Alcolea del Río (Sevilla), en el año 1740, siendo hijo de Juan José de Segura y Luisa de Ureña Camuñas. Cursó estudios en la Universidad de Sevilla, graduándose el 23 de febrero de 1761 como Bachiller en Artes, y en 1762, como Bachiller en Medicina.

15.- Juan José de Vilches y Coronado. No tenemos datos personales de él, ni sobre su formación. Médico revalidado por el Real Protomedicato en el año de 1753, desde cuyo tiempo había ejercido de titular 15 años en la villa de Montellano, y 10 años y medio en Ubrique (los tres primeros años acompañado, los 7 últimos sólo). Su “Práctica” la vinculaba con sus hermanos Francisco de Vilches (médico en el Puerto de Santa María) y Manuel de Vilches (médico en Jerez de la Frontera).





Imagen 03.- Fragmento de Acta Capitular de 3 de agosto de 1784 (Archivo Municipal de Marchena, Libro 18): “(…) los señores Justicias y Capitulares deseosos de elexir el mejor facultativo de las Andalusias han tomado todos los ynformes a este fin condusente (…)”.



5.- La elección de Juan García Carnero (1784)

            El 3 de agosto de 1784 de nuevo se ponía en marcha el mecanismo de selección, ante la renuncia de José García Cazalla al cargo de médico titular. En la sesión, se afirmaba que los capitulares se hallaban “deseosos de elexir el mejor facultativo de las Andalucías”, y que habían tomado todos los informes “a este fin conducente, con el celo y madurez que exige materia tan interesante”. En esta ocasión no hubo votación, sino que de forma unánime coincidieron que el mejor candidato al puesto era D. Juan García Carnero, médico de la ciudad de Écija.

6.- Bibliografía.

  • CHINCHILLA, Anastasio: Anales históricos de la medicina en general y biográfico-bibliográficos de la española en particular. Historia de la medicina española, Imprenta de D. José Mateu Cervera, a cargo de Ventura Lluch, Valencia, 1846. Citas del Tomo 3, pág. 296 (Gaspar Pons); Tomo 4, pp. 45-46 (Valentín González Centeno).
  • HERNÁNDEZ MOREJÓN, Antonio: Historia Bibliográfica de la Medicina Español, Imp. Calle de San Vicente, a cargo de D. Celestino G. Álvarez, Madrid 1852, Volumen 7. Citas: pág. 59 (Manuel Mastrucio Tejada), pp. 214-215 (Gaspar Pons), pp. 323-326 (Valentín González Centeno).
  • MÉNDEZ BEJARANO, Mario: Diccionario de Escritores, Maestros y Oradores, naturales de Sevilla y su actual provincia, Tipografía Gironés, Sevilla, 1922, 1923, 1925, 3 tomos (Facsímil Padilla Libros, Sevilla 1989). Citas: Nº 970, Tomo 1, pág. 229 (José García Cazalla), Nº 1089, Tomo 1, pág. 265 (Valentín González Centeno), Nº 1581, Tomo 2, pág. 47 (Manuel Mastrucio Tejada).





[1] ARCHIVO MUNICIPAL DE MARCHENA. Actas Capitulares. Libro 18 (1777-1784). Año 1789. Folios 35-87.