sábado, 7 de noviembre de 2015

Desvelada la autoría del camarín de Nuestro Padre Jesús Nazareno (Marchena)

    Desvelada la autoría del camarín de 

Nuestro Padre Jesús Nazareno



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El marchenero Joaquín Márquez ha llevado una investigación de 'Las colecciones estilistas de Imaginería Sevillana en las antiguas colonias españolas en Guatemala y la Villa Ducal de Marchena España)', en la que aparte de algunos parecidos entre imágenes religiosas de tan lejanos lugares, ha desvelado que el camarín de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que se proyectó en 1718, es autoría de Juan Pérez y Juan Muñoz. Además, en su estudio, publicado en el último número de la Revista Modelino especializada en escultura, Joaquín Márquez muestra el parecido entre la Virgen de la Palma antes de su restauración y una Virgen de los Dolores de Guatemala.
El autor defiende en base a documentación encontrado en el Fondo del Arzobispado de Sevilla, concretamente un auto del Arzobispo, que los autores son Juan Pérez y Juan Muñoz, lo que desmonta la creencia de que era obra de Jerónimo de Balbás, por introducir este los estipetes en España.



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En cuanto a las Iglesias marcheneras, el autor exponía el pasado año la pieza expuesta como objeto ex voto en la Iglesia de Santa María pertenecía a un fragmento de pez sierra.
En esta ocasión, el descubrimiento va más allá aún, pues se trata del camarín de Nuestro Padre Jesús Nazareno, el Señor de Marchena, ante el cual el pueblo marchenero ha rezado desde hace unos cuatro siglos, casi tres de ellos de historia en el famoso camarín.

Aparte de la posible autoría de Balbás, se había argumentado la posibilidad de que fuera obra de Tomás Guisado, al actuar de fiador del contrato para el dorado del retablo concertado con Miguel Carreño en 1756, quedando eso sí confirmado según el estudio de Márquez, que a este último pertenece la autoría de las dos puertas del camarín, que según se señala en el texto debía por entonces contar ya con cerca de tres décadas desde su construcción, a juzgar por el zócalo del mármol con la escritura 1727.
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El seis de julio de 1718 iniciaría la petición de autorización para el camarín la hermandad de Jesús, firmada por su mayordomo Juan López Díaz. Dos días más tarde, el licenciado Diego Ponce de Lucenilla instaba a Juan Pérez y a Juan Muñoz, que rezan como maestros de albañilería y carpintería, declarar el lugar donde la hermandad instalaría el camarín, que fue a espaldas del altar mayor, puesto que no consta que éste aún tuviera retablo, indica Joaquín Márquez en su estudio.

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El investigador marchenero explica que Alonso de Baeza y Mendoza emitió el auto arzobispal para que Pérez y Muñoz realizaran el camerín, dictado en 3 de agosto de 1718.

Asimismo, aparte de que las puertas las realizara Tomás Guisado, es posible que el socio de Juan Muñoz, el escultor José de Guillena, también participara en la realización de esta obra.

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Por otra parte, dentro del mismo estudio, Joaquín Márquez refleja relaciones entre la escultura de la Virgen de la Palma antes de ser restaurada y la de Nuestra Señora de los Dolores de Guatemala, atribuyendo a ambas un cariz dulce y sereno, cejas arqueadas en forma de media luna, tratamiento idéntico de numerosos rasgos faciales y musculatura de cuello o delicadeza en las manos.

La presencia de colonos españoles procedentes de Marchena como Andrés Romero o la posibilidad abierta por el restaurador de la Virgen de la Palma, Juan Pérez Conde, de que esta talla pueda ser de origen colonial, así como la frecuente actividad comercial vía marítima entre ambos continentes, fortalecen las tesis de similares orígenes y formas de esculpir, siendo probable que la Virgen de la Palma date de la primera mitad de siglo XVIII, al igual que la parecida Virgen de los Dolores de Guatemala.

Asimismo, los detalles en el templo de San Agustín, donde se reflejan motivos frutales propios del trópico o ángeles amerindios en yeserías, refuerzan el estudio de Joaquín Márquez en el que insiste en las importantes relaciones de la imaginería de ambos puntos del continente.


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jueves, 29 de octubre de 2015

Jornadas de la ASOCIACIÓN CULTURAL POR EL PATRIMONIO DE MARCHENA (Septiembre 2015)



Sergio de la Gándara: La lucha por el dominio del Adriático en el siglo XVII: Venecia y el Duque de Osuna

LA LUCHA POR EL DOMINIO DEL ADRIÁTICO 

EN EL SIGLO XVII: 

VENECIA Y EL DUQUE DE OSUNA



Antes del verano os traíamos nuestro primer artículo enmarcado en la edad moderna europea acerca de los Uscoques, en el que dejamos de lado la participación del duque de Osuna en estas disputas, por ello, hoy os traemos un pequeño artículo acerca del Duque de Osuna y su implicación en las disputas con Venecia en el Adriático en el primer cuarto del siglo XVII.
El Duque de Osuna y Venecia
En la fase final de la guerra entre Venecia y los Uscoques, entró en el tablero el Duque de Osuna como virrey de Nápoles para defender sus derechos en el Adriático, y aunque no fue una potencia aliada de los Uscoques, tuvieron un objetivo común, Venecia. Por ello, Osuna se encargó de ejercer una gran presión sobre Venecia, además de ayudar a Austria en la guerra,  propiciando que se equilibrara la balanza en el conflicto entre Venecia y los Uscoques.
¿Quién fue el III Duque de Osuna?
Don Pedro Girón (Fuente: Wikimedia).
Se trata de Don Pedro Téllez-Girón, III duque de Osuna y VII conde de Ureña. Nacido en 1574 en Osuna, desconocemos gran parte de su infancia y juventud, aunque podemos atestiguar una cuidada formación en latín, matemáticas y otras materias en Nápoles, además de asistir a cursos en la Universidad de Salamanca y la de Alcalá. Posteriormente estuvo decidido a viajar, aunque no poseemos gran información sabemos que estuvo en Londres y en 1593 en París dónde posiblemente se reuniera con Enrique IV.
Su juventud queda retratada por una serie de aventuras galantes, duelos y problemas con la justicia. Además de su fama de mujeriego, era conocido por crear altercados por las calles, y por ello en junio de 1594 el Consejo de Castilla ordena al Regente de la Audiencia de Sevilla su búsqueda y arresto para que cumpla el destierro al que había sido condenado. Finalmente, tras una serie de idas y venidas, en 1596 quedan tanto él como su mujer encerrados en la fortaleza de Alaejos. Aún desterrados, pero ya en libertad, a partir de 1598 trasladan su residencia a la corte, a Madrid.
A partir de 1602, se fue a Flandes donde hizo una carrera militar brillante de donde acabó volviendo en torno a 1608, tras la tregua firmada por Felipe III en 1606, a la cual el propio Osuna se había opuesto. En 1610, fue nombrado por el Consejo virrey de Sicilia tomando el cargo el 9 de marzo de 1611 en Milazzo.
Sólo queda destacar su gran amistad con Francisco de Quevedo, con el que colaboró para llevar a cabo la Conjura de Venecia en 1611.
Contexto
Cuando Osuna llegó en septiembre de 1616 a Nápoles, la política de la monarquía española frente a Italia, estaba centrada principalmente en la guerra con el Duque de Saboya, que aunque había sido interrumpida por la paz de Asti en 1614, a mediados de 1616 se había reanudado.
Frente a ello, Venecia, viendo la posición en el mediterráneo de la corona española, sostenía una política claramente anti-española, aunque siempre desde la prudencia conservando las manifestaciones al exterior y los protocolos de respeto.
Debido a que Venecia ejercía una fortísima presión en el mar adriático, que llego al punto en 1617 de cobrar un impuesto a aquellos barcos no venecianos que surcaran este mar, Osuna vio razones suficientes para iniciar una guerra con Venecia, ya fuera declarada o no. Es vital tener en cuenta, que si Venecia dominaba este mar, toda la costa oriental de Nápoles quedaba bajo un mar “ajeno” a su dominio, y teniendo en cuenta que uno de sus puertos más importantes, Brandisi, se localizaba en esta área necesitaban controlar estas aguas.
“Guerra con Venecia”
La estrategia anti-veneciana del Duque de Osuna estaba centrada en el Adriático, usando como excusa la intensificación del comercio en estos territorios, aunque su motivación principal fue desviar a navíos venecianos que apoyaban en la guerra al Archiduque Fernando. El gran problema para los venecianos de la entrada de los navíos de Osuna al mar Adriático fue que estos apoyaban a los Uscoques.
A finales de enero de 1617, Osuna recibió una carta de Felipe III en el que le ordenaba preparar un bloqueo naval a Venecia fingiendo que era una iniciativa del virrey de Nápoles sin órdenes de Madrid. Por ello, llamó a levas y forzó el paso por las tierras de la Iglesia, a pesar de la férrea oposición del Papa, de las tropas reclutadas en Lombardía. Poco después, el 1 de abril, escribió a Felipe III informándole de la situación de los preparativos para enfrentarse a los venecianos.
Simultáneamente, Venecia viendo los movimientos del nuevo virrey de Nápoles, solicito ayuda a sus aliados consiguiendo un refuerzo por parte de la flota holandesa. Por ello, Osuna envió 19 galeras al golfo de Venecia para reforzar su flota corsaria que estaba bloqueando el puerto tal y como le indicaba a Felipe III en una carta el 1 de mayo de 1617. Pero había reaccionado demasiado tarde, la flota holandesa llegó a mediados de abril al puerto de Venecia sin muchas complicaciones.
En este contexto, se produce el asesinato del primer ministro Concini, favorito y amante de la reina María de Medici. Este evento formaba parte de una conjura que hizo caer a la familia Médici poniendo en su lugar a un grupo de grandes señores que, en principio, era propicio a un acuerdo con España sobre Saboya, lo que supuso un cambio radical en la política del resto de potencias respecto a Venecia. Tras ello, Felipe III le mandó una carta al Duque de Osuna ordenándole que no entrasen más navíos en el Adriático, cuya respuesta al rey es negativa, y en la cual se permite decirle al rey y al Consejo de Estado lo que deben de hacer. De manera coetánea, recibe una carta del Archiduque Fernando, en la que le pide todo lo contrario que Felipe III, solicita que entren más navíos en el Adriático para así aliviar la presión veneciana sobre el puerto de Friuli, acción que también le había pedido el Marqués de Bedmar, embajador español en Venecia, aunque en este caso de manera indirecta en una carta fechada el 13 de junio de 1617.
Sorprende el hecho de que el 20 de junio, vuelva a recibir una carta de Felipe III en la que se retracta de su carta anterior, cambiando la política exterior de Madrid y haciendo caso a lo que Osuna les había recomendado.
En definitiva, tras los últimos acontecimientos y el frecuente intercambio de misivas, a partir de mediados de junio de 1617 los enfrentamientos con Venecia se llevaron a cabo de forma deliberada, aunque sus navíos nunca llevaron símbolo alguna referida a ninguno de los monarcas, y por tanto la guerra no fue declarada deliberadamente. Produciéndose el primer enfrentamiento por parte de Osuna a la fortaleza de Lesina en la costa dálmata de Venecia. Posteriormente, en julio, con refuerzos de diferentes estados, entraron en el adriático 18 galeones 33 galeras y 4 bergantines bajo la bandera corsaria del Duque de Osuna. Produciéndose el enfrentamiento el 14 de julio entre la flota de Osuna y la veneciana, aunque la flota veneciana se refugió en Zara a pesar de que superaba en número a la flota de Osuna.
Por todas estas acciones y el clima de tensión, Don Pedro Girón fue declarado enemigo de la República de Venecia, ya que creían que era capaz de entrar en Venecia con su flota en cualquier momento.
No sería hasta comienzos de agosto, cuando Felipe III le ordenara que sacase la flota del Adriático para apoyar la guerra en Lombardía, obteniendo en este caso respuesta afirmativa y Osuna obedeció, al menos en parte. Únicamente desvió los navíos de la corona, mientras mantenía a su flota corsaria. Inmediatamente después, el rey le ordenó lo contrario para evitar que llegaran los refuerzos holandeses, pero el intercambio de misivas entre Nápoles y Madrid fue lento y confuso, sumado a que la línea de las negociaciones de la corona no estaban claras.
Finalmente, se llegaría a la paz entre Saboya y Mantua en 1617. La finalidad de esta paz fue acabar con los Uscoques, que habían sido alentados por el Duque de Osuna, y a cambio, Venecia devolvería al emperador Fernando todas las playas y puertos tomados, aunque las negociaciones por las disputas con España se negociarían aparte.  El Duque de Lerma se comprometió a no volver a organizar ofensivas contra Venecia ni por tierra ni por mar, aunque Osuna mantuvo su flota corsaria en el Adriático obteniendo su mayor victoria frente a los venecianos el 20 de noviembre de 1620 anta la flota comandada por el almirante Veniero.
Tras estos acontecimientos, el Duque de Osuna fue llamado a Madrid en 1620, cediendo su flota a la corona y renunciando a su cargo en Nápoles. Al llegar a Madrid, el rey había fallecido, y debido a su oposición al nuevo gobierno fue encarcelado, donde murió en su celda en 1625 tras caer enfermo.
Bibliografía
FERNANDEZ DURO, Cesáreo, El gran duque de Osuna y su marina, Sucesores de Rivadeneyra, Madrid, 1885 (reed. Sevilla, editorial Renacimiento, 2006).
LINDE, Luis M., Don Pedro Girón duque de Osuna, Ediciones Encuentro, Madrid 2005.

Si quieres utilizar este texto perteneciente a Historia 2.0, no olvides citarnos de la siguiente forma:
De la Gándara García, Sergio. "La lucha por el dominio del Adriático en el siglo XVII: Venecia y el Duque de Osuna". Historia 2.0. Recuperado en: http://historiadospuntocero.com/la-lucha-por-el-dominio-del-adriatico-en-el-siglo-xvii-venecia-y-el-duque-de-osuna/ [Consulta: fecha en que hayas accedido a esta entrada]

domingo, 16 de agosto de 2015

Pedro Jaime Moreno de Soto (coord.), Fuga MundiClausuras de Osuna. El monasterio de San Pedro (2014)


Pedro Jaime Moreno de Soto (coord.)
 Fuga Mundi. Clausuras de Osuna. 
El monasterio de San Pedro
 

  Amigos de los Museos de Osuna, 2014
    ISBN: 978-84-617-1925-9
        Texto Completo Libro (pdf)





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Esta obra consta de los siguientes volúmenes



    Vol. 1: Historia y Espiritualidad

    Vol. 2: Patrimonio

    Vol. 3: Inventario



Vol. 1: Historia y Espiritualidad. 2014



  • Los carmelitas en Osuna, P. Antonio Ruiz Molina, pp. 26-79
  • La reconstrucción del monasterio 1881 y 1883, Antonio Morón Carmona, pp. 79-87
  • La rehabilitación del monasterio 1999-2003, Salvador Cejudo Ramos, pp. 88-97
  • La última gran obra 1999-2003, Sor María Victoria Escamilla, pp. 98-105
  • Vida religiosa y espiritualidad en la época actual, Sor María del Carmen de la Cruz Gloriosa, pp. 106-117



Vol. 2: Patrimonio. 2014



  • El órgano, Andrés Cea Galán, pp. 120-129
  • La pintura, Lina Malo Lara, pp. 130-157
  • Retablos y esculturas, Pedro Jaime Moreno de Soto, pp. 158-193
  • Platería y joyería, Antonio Morón Carmona, pp. 194-209



Vol. 3: Inventario. 2014



  • Escultura, Antonio Morón Carmona, pp. 213-221
  • Mobiliario, Antonio Morón Carmona, 223-227
  • Papel, Antonio Morón Carmona, pp. 229-237
  • Pintura, Antonio Morón Carmona, pp. 239-249
  • Platería y Joyería, Antonio Morón Carmona, pp. 251-261
  • Retablos, Antonio Morón Carmona, pp. 263-267
  • Textil, Antonio Morón Carmona, pp. 269-277



¿Cómo acabó sus días el II Duque de Osuna?

¿Cómo acabó sus días el duque de Osuna?


José Luis Hernández Garvi, Lunes 27 de Julio, 2015
Don Pedro Téllez-Girón y Velasco Guzmán y Tovar nació en Osuna el 17 de diciembre de 1574. Hijo de don Juan Téllez-Girón de Guzmán, II duque de Osuna, viajó hasta Nápoles cuando aún era un niño. Joven intrépido y aventurero, hábil con la espada y enérgico de carácter, el heredero de la dinastía se acabó decantando por el oficio de las armas. Su mayor hito fue la victoria que obtuvo la flota patrocinada por él mismo frente al cabo de Celidonia, que determinaría el modo en que se iba a desarrollar la guerra en el mar. ¿Cómo se lo agradecieron sus compatriotas?
 
En contra de lo que hubiera sido lógico, la victoria de los galeones del duque de Osuna en el cabo de Celidonia señaló el ocaso de su buena estrella en la Corte de Madrid. Al actuar por su cuenta y riesgo con acciones corsarias contra los intereses de la República de Venecia, poniendo en peligro el equilibrio estratégico de fuerzas en Italia y desobedeciendo las órdenes del Consejo de Estado, se había granjeado la enemistad de importantes personalidades que conspiraban contra él enemistándolo ante el rey. En este sentido, nunca fueron tenidas en cuenta las perversas maniobras emprendidas por los venecianos, uno de los enemigos más peligrosos y taimados a los que entonces se enfrentaba la Monarquía hispánica.

Duque de Osuna, Venecia, QuevedoInmerso en un peligroso ambiente de tramas políticas, el duque de Osuna se vio implicado en la que fue conocida como Conjura de Venecia, oscuro incidente en el que también se vieron envueltos el marqués de Villafranca, gobernador de Milán, y el marqués de Bedmar, embajador de España en Venecia. Supuestamente se trataba de un complot organizado por las citadas autoridades españolas en Italia que contaba con la participación de un grupo de mercenarios franceses que debían crear un clima de inestabilidad y violencia en Venecia que forzase la intervención militar de España. 

Fracasada al ser descubierta, en realidad se trataba de una conspiración urdida por los propios venecianos para desprestigiar a sus rivales. A pesar de las sospechas sobre sus verdaderos instigadores, el escándalo salpicó la reputación del duque de Osuna.
Sin embargo no fueron los venecianos los que precipitaron su caída. Los numerosos enemigos del duque en la Corte difundieron el rumor de que ambicionaba la independencia de Nápoles de España, denuncia que no se correspondía con la realidad. A pesar de los esfuerzos que Osuna emprendió en su defensa, Felipe III prestó oídos a las voces que lo acusaban injustamente. 

El fallecimiento del monarca precipitó los acontecimientos y el duque fue detenido. Enfermo y abandonado por todos, el 24 de septiembre de 1624, Osuna el Grande o Pedro el Grande, nombres por los que en su época también fue conocido, murió en prisión como un vulgar delincuente. 

Francisco de Quevedo, que en su día ejerció como secretario de duque, dedicó unos versos en su memoria que reflejan con gran acierto la injusticia de la que fue víctima:

Faltar pudo su patria al grande Osuna,
pero no a su defensa sus hazañas;
diéronle muerte y cárcel las Españas,
de quien él hizo esclava Fortuna.

domingo, 7 de septiembre de 2014

FRAY LUCAS MONTOYA: “Crónica General de la Orden de Mínimos de San Francisco de Paula” (1.619).

APÉNDICE DOCUMENTAL.
FRAY LUCAS MONTOYA: “Crónica General de la Orden de
Mínimos de San Francisco de Paula” (1.619).
Biblioteca Capitular y Colombina, Signatura 42-4-22.




DOCUMENTO 1. Cita del Libro Tercero, p. 182.

“Convento del Arahal, año de 1546. El siguiente año de 1546, en la villa del Arahal, siete leguas de Sevilla, fundaron convento los señores Condes de Ureña, don Juan Téllez Girón último Conde, Camarero mayor, y mayordomo del Emperador Carlos Quinto, y su muger doña María de la Cueva, en el día de la Ascensión, doze de Iunio. Es convento de casi quarenta Religiosos y estudio de Artes, era Provincial el padre fray Francisco de Baeza, va siempre en aumento, por la gran devoción de los naturales que le favorecen con limosnas de heredamientos que dexan en sus muertes”.

DOCUMENTO 2. Cita del Libro Tercero, p. 69.


“ Convento de Osuna, año de 1548. Los Excelentísimos Señores últimos Condes de Ureña, Don Iuan Téllez Girón, Camarero mayor del Emperador Carlos Quinto y su mayor Notario, y la señora condesa Doña María de la Cueva, en siete días del mes de Setiembre del año de 1548. Fundaron un Convento de nuestra orden en la su villa de Ossuna, Universidad de las mejores de Andaluzia, era a la sazón Provincial el Padre fray Diego de Alburquerque, confessor de los Condes, varon excelente en todo género de virtud. El sitio era fuera de la ciudad a la parte de Septentrion, en lo que llaman el Castillo, distante como un tiro de bronce della, edificose un bien capaz y graciosa Yglesia de sillería, y el convento con sus quartos y claustro si bien todo pequeño. La incomodidad era grande y assi con el sucesso de los tiempos, no obstante que se iba labrando un quarto de silleria, y estatua casi en perfeccion, trato la Provincia mejorar de sitio, por evitar muchos inconvenientes, principalmente los que padecían los enfermos con la grande distancia, y no poder tener tan a mano los medicos y cosas necessarias, duró algunos años este desseo, hasta que el de 1607 se trasladó dentro de la villa en buen sitio; no faltando dificultades, que como todas las cosas deseta vida las venció el tiempo, los Religiosos están contentos, y van edificando su casa y comprando sitio. Crio siempre este Convento grandes Letrados, que han ilustrado mucho las Provincias de Andaluzia, que hasta que se formaron los estudios que ya tienen, siempre en este de Ossuna, oyan y se criavan todos, aunque se dividiessen las Provincias, en la ultima divison quedo por la de Granada. Solían oyr los Estudiantes en las Escuelas, mas de muchos a esta parte, ay dos Lectores de Theulogía, con grandes exercicios y aprovechamiento. Sustenta de ordinario, 30 Religiosos”.

DOCUMENTO 3. Cita del Libro Tercero, pp. 182-183.

“Convento de la Puebla de Caçalla, año de 1555. La Grande devocion que los señores Condes de Ureña tuvieron con nuestro glorioso Padre San Francisco de Paula, si bien tenia bastantes pruevas en los muchos conventos que fundaron en su Estado, este de quien aora harè mencion, bastava para descubrir sin animos excelentissimos, aviendo edificado un gallardo convento desdes sus primeros fundamentos, en su villa de la Puebla de Caçalla, con todo lo necessario para la vivienda de los Religiosos, y  Culto Divino, adornando la Sacristia de muchos y muy ricos ornamentos de brocado, y otras telas, Calizes, Custodia, y Relicario para el Santisimo Sacramento, y plata; los dormitorios, y claustro, las celdas y oficinas, con sus camas y mesas, hasta los candiles con azeite, y torcidas: quando estavan todas las Religiones a la mira, con buenas esperanças que se prometia cada una, que seria suyo aquel convento, tuvo el Conde secreto su animo hasta el dia que la obra estava en toda perfeccion; embio a llamar al padre fray Alonso del Aguila el viejo, quarta vez Provincial, que con otros padres graves se llegassen a Osuna, donde residia el Conde: Yo tengo hecho un convento en mi villa de la Puebla de Caçalla, para San Francisco de Paula, V. Paternidad Padre Provincial le reciba en su nombre, y le pueble de Religiosos, y bolviendose a sus hijos, don Pedro Giron, y doña Madalena, les dixo: Partamos hijos con estos padres a darles esta limosna temporal, pues ellos siempre ruegan a Dios por nosotros: fueron todos juntos a la villa de Caçalla, (dista dos leguas de Osuna) y el primero dia de Febrero, vispera de la Candelaria, del año de mil y quinientos y cincuenta y cinco, les entregò el convento, y tomaron possession del, sirviendo sus Excelencias a la comida de los Religiosos en el refetorio este dia, con notable demostracion de su gran piedad y devocion. El dia siguiente ordenaron sus Excelencias, que se hiziesse una solene procession, en que assistieron con devocion increible; gustaron se llamasse este Convento de nuestra Señora de la Candelaria: presentò la señora doña Madalena Giron su hija, una Cruz de plata al convento, en señal de patrona, que lo fue siempre devotissima: no es muy grande el edificio, tiene veinte Religiosos, y de algunos años a esta parte es casa de Recoleccion, donde se vive con notable observancia, y recogimiento”.


DOCUMENTO 4. Cita del Libro Tercero, p. 192.

“ Convento de Morón, año de 1584. Siendo Provincial el padre fray Pedro de Oxeda se fundó el Convento de nuestra Orden en la villa de Morón, del estado de los Duques de Osuna, por el excelentísimo señor Duque don Pedro Girón, primero Virrey de Nápoles, por años de 1584 esta sito por la parte del campo, arrimado a la mesma villa cerca del camino que va a Sevilla. Su título es de San Sebastián, buena iglesia, y tiene labrado un buen quarto con vivienda acomodada para treinta religiosos que sustenta de ordinario con limosnas de los fieles”.


viernes, 2 de agosto de 2013

Documentos relativos al Terremoto de 1755: Osuna, Morón de la Frontera y Marchena



DOCUMENTOS RELATIVOS AL TERREMOTO DE 1755.

Recopilación a cargo de Francisco Javier Gutiérrez Núñez







Documento n° 1.-



MARTÍNEZ SOBRES, José Manuel: Los efectos en España del terremoto de Lisboa (1 de noviembre de 1755), Ministerio de Fomento - Dirección General, Instituto Geográfico Nacional, Madrid 2001, pp. 496-497.



Apéndice II. Trascripción de los documentos del Archivo Histórico Nacional, pp. 496-497.



[637] OSUNA (Sevilla).



“Osuna, 25 noviembre 1755.

El Alcalde mayor.

A consecuencia de orden de V. I. refiere lo acaecido con el terremoto.

Ilustrísimo Señor:

Señor:


En obedecimiento de la Orden de S. M. (que Dios guarde) que se sirvió V. I. comunicarme en fecha de 11 del que sigue para cumplir exactamente con su contenido me he informado así en esta villa, como en las nueve aldeas que se comprenden en su distrito y de mi jurisdicción, y que se nombran Sausejo, Navarredonda, Majadahonda, Mesquetillas, Villa Nueva de San Juan, Corrales, Jara, Lantejuela y Rubio, de los reverendos padres curas, y otras personas las más juiciosas y de comprensión, sobre su contenido.


Y así, por sus informes como por lo que he visto, y notado, noticio a V. I.:


Que el día sábado primero de el presente mes de noviembre, como hora de entre las nueve y diez de la mañana, en tiempo de la mayor parte de el pueblo se hallaba en las Iglesias y plaza pública, se notó alguna conturbación en el Sol, e inmediatamente un gran terremoto que hizo estremecer y bambonear todos los edificios con grande agitación, por espacio de siete minutos, poco más o menos, sintiéndose al mismo tiempo un gran rumor, o estrépito subterráneo, como de gran número de carruajes que rodaban, gran polvareda y gritos, y conturbación de la gente que veían moverse con grande y continua agitación los edificios, causando haber destrozado el cuerpo de la torre de esta Colegial en que está la aguja y en que pende el reloj, encima de la cornisa de las campanas derribando parte de un paño de ella, y dejando los ángulos que miran a Poniente, y Mediodía, desplomados y muy lastimados, y el cuerpo de la Santa Iglesia, que se compone de cinco naves padeció igualmente, pues no se puede habitar en él sin repararlo con gran costa y estipendio, habiendo causado semejantes perjuicios en las demás Iglesias y torres, y especialmente en la del colegio de la Compañía de Jesús de esta villa.


Y muchas de las casas de habitación se han condenado por los alarifes, que de mi orden las han reconocido por el gran riesgo que amenazaban, y otras han quedado con precisión de hacerse muchos reparos en ellas, en cuya razón que me ha parecido conveniente.


Siendo semejantes los efectos en las expresadas aldeas de esta jurisdicción, aunque por la Misericordia de Dios Nuestro Señor no se ha experimentado desgracias, muerte ni herida alguna de persona, ni animales, lo que se atribuye a la poderosa intercesión de María Santísima y sus Patronos San Arcadio, San Roque y San Sebastián, por lo que se han practicado ayunos, procesiones generales de rogativas, fiestas de hacimiento de gracias a dichos Patronos, misión que han hecho los jesuitas con gran fruto con continuas rogativas, todas las noches por las calles, que continúan actualmente, a efecto de aplacar la indignación divina.

Después del referido principal terremoto se ha sentido por varias personas la repetición de algunos más ligeros, y de poca duración y, en especial, en la noche del día domingo 16 del presente mes, como a hora de la una, por algunas religiosas Comunidades, que estaban en maitines.


Algunos individuos refieren que en la noche del sábado quince, poco después de la oración, observaron un candilejo a gran resplandor hacia el Mediodía, que esclareció tnato aquellos parajes que se distinguieron desde estaban los olivares a media legua de distancia.


Que es cuanto en cumplimiento de la citada Orden puede noticia a V. I. y deseando muchas de su mayor satisfacción, deseo guarde Nuestro Señor la vida de V. I. lo smuchos años que puede. 


Osuna, y noviembre 25 de 1755.


Ilustrísimo Señor.


Besa las manos de V. I. su más rendido servidor.



                                                                                              Joan Moreno y Abendaño.



Ilustrísimo señor Obispo de Cartagena”.



(3.183-1°).





Documento n° 2.-



MARTÍNEZ SOBRES, José Manuel: Los efectos en España del terremoto de Lisboa (1 de noviembre de 1755), Ministerio de Fomento - Dirección General, Instituto Geográfico Nacional, Madrid 2001, pp. 707-708.



Apéndice III. Trascripción de los documentos de la Real Academia de la Historia, pp. 707-708.



MARCHENA (Sevilla).



“Estuvo también algo turbada la luz con una especia de Niebla que disipó el Norte, aunque no enteramente. A las 9 y media poco más, precediendo un rumor sordo, dio principio a temblar blandamente la tierra, lo que fue creciendo hasta una notabilísima violencia que subsistió de 7 a 8 minutos. Las ruinas en Iglesias, Conventos y Casas fueron graves: del Templo de San Juan Bautista se separó la torre, y con sus vaivenes golpeo ocasionó desunirse la Bóveda y abrirse dos de sus paredes maestras, varias claraboyas, y algunos Arcos. En la Parroquia de San María cayó el Capitel de la torre, y quedó esta próxima a derruirse; la de San Miguel se mandó derribar del mismo modo que la Parroquia de San Sebastián.


En el Convento de Capuchinos se corrió el tejado de la Iglesia, y hubo otros perjuicios, igualmente que en de San Agustín, y en el de Recoletos Franciscos; en el de los Observantes cayó la vivienda de los Coristas, con otras cinco celdas, se lastimó la Iglesia y hendieron algunas paredes; en el de San Domingo no faltaron estragos, singularmente en el Claustro y en la Capilla de nuestra Señora del Rosario, bien que en esta sin muerte ni herida alguna, no obstante lo expuestos que estuvieron el Religioso que celebraba la misa, y el concurso numeroso que asistía a ella. De las Casas será preciso apear muchas y componer otras. En los días siguientes se observaron varios fenómenos lucientes del Oeste al Sur, y se repitió el terremoto el 8 a la misma hora, aunque levemente”.





Documento n° 3.-



MARTÍNEZ SOBRES, José Manuel: Los efectos en España del terremoto de Lisboa (1 de noviembre de 1755), Ministerio de Fomento - Dirección General, Instituto Geográfico Nacional, Madrid 2001, pág. 473.



Apéndice II. Trascripción de los documentos del Archivo Histórico Nacional. Pág. 473.





[594]. MORÓN DE LA FRONTERA.



“Morón de la Frontera, 1 de Diciembre de 1755.

El Alcalde Mayor.

Da noticia de lo ocurrido con el terremoto a consecuencia de Orden de V. I.

Ilmo. Sr.

Señor:


En observancia de la Orden de V. S. I. con fecha de 8 de noviembre próximo, debo decir:


Que a el siguiente día del temblor de tierra se dio orden a los alarifes nombrados por la villa para reconocimiento general de iglesias, y casas de habitación, el que finalizaron el sábado próximo y que ha resultado encontrar graves daños que amenazan las iglesias y conventos Franciscanos observantes, en el casco de la villa, y de recoletos, extramuros de ella, con el título del señor San Pablo de la Breña, cuyo reparos consideran necesitasen para ellos dos mil y quinientos ducados en aquel, y mil en este, y aunque la parroquia y los otros templos no hallan daño del mayor reparo, alguno encuentran.


En casas de habitación humildes, que enumeran 18, se está ejecutando lo que dichos alarifes miran convenientes, que es demoler unas y apuntarlas otras.


Desgracias de muertos ni heridos no ha habido alguna ni señal que antecediese al temblor, que se juzgase pronosticado, pues sólo después de pensado se reflexiona y toda la mañana manifestó como tristeza el Sol y lo mismo el cielo.


No he oído que eclesiásticos y seculares juiciosos tuviesen antecedente alguno que avisase el fracaso.


Este duró como ocho o diez minutos, de nueve a diez de la mañana del día 1° de noviembre próximo pasado.


Siendo cuanto ocurre, en cumplimiento de la citada Orden, me ofrezco rendido a la disposición de V. S. I. deseando la repetida en que ejecutar mi obediencia.


Nuestro Señor guarde a V. S. I. dilatados años. Morón y diciembre 1° de 1755.


Ilmo. Sr.:


Besa la mano de V. S. I. su más atento servidor.


Joseph Ignacio de Angulo.



Ilmo. Sr. Obispo de Cartagena”.



(3183 – 1°).




Documento n° 4.-


MARTÍNEZ SOBRES, José Manuel: Los efectos en España del terremoto de Lisboa (1 de noviembre de 1755), Ministerio de Fomento - Dirección General, Instituto Geográfico Nacional, Madrid 2001, pp. 473.



Apéndice II. Trascripción de los documentos del Archivo Histórico Nacional.

Pág. 473.



[595]. MORÓN DE LA FRONTERA.



“Muy Sr. Mío:


Del fallecimiento de D. Francisco Cándido Amoroso, Corregidor que fue de esta villa, me resulta la complacencia de ponerme a la obediencia de V. S. para informar lo de las circunstancias contenidas en la que V. S., con fecha de 18 noviembre próximo dirigió al difunto y hallándome teniente del empleo que ejercía, ejecuto dicha Orden para decir:


Que en el día 1° del citado mes se sintió en esta villa entre nueve y diez de la mañana, el temblor de tierra, que duró de ocho a diez minutos, sin que hubiese antecedido señal alguna que lo anunciase, pues, aunque toda la mañana se reparó no tener el Sol sus regulares reflejos, estando algo opaco, aún el cielo con novedad, nadie juzgó terminasen estas señales sino alguna causa natural, como niebla, que suelen acaecer.


No he oido que eclesiásticos ni seculares juiciosos hallan hablado de antecedentes que hubiesen observado.


Ni muerte ni herida ha habido en esta villa ni en edificios prontas ruinas, aunque sí amagos, con especialidad entre los conventos Franciscanos observantes en esta villa, y extramuros de ella; en el de recoletos, de la misma orden, con el título de Señor de San Pablo de la Breña, y aunque en la Parroquial también se reconoce daño no amenaza como dichos conventos su pronta ruina ni se discurren tan costosos sus reparos, pues el de el convento de la Observancia requieren los alarifes en 2.500 ducados y en el de San Pablo pasan de mil.


Por lo que respecto a casas humildes han padecido, según informan los alarifes que en el día indicado al temblor se les dio orden para que con el mayor esmero reconociesen con distinción las que necesitan demoler, o las que no estaban apuntalar, con cuyo dictamen se está ejecutando uno y otro en 18 casas, que son en las que han encontrado daño alguno de reparo.


Repito mi obediencia a la de V. S. deseoso de servirle y que nuestro Sr. dilate su vida muchos años. Morón y noviembre (digo diciembre), 1° de 1755.


Beso la mano de V. S. su mayor servidor, D. Joseph Ignacio de Angulo.



Sr. D. Fernando Valdés y Quirós”.



(3.183-1°)