sábado, 7 de noviembre de 2015

Pedro Téllez Girón y de la Cueva


TÉLLEZ GIRÓN Y DE LA CUEVA, Pedro. 1537-1590. 
V Conde de Ureña. I Duque de Osuna. 
Diplomático. Virrey de Nápoles.

Francisco Javier Gutiérrez Núñez:  "Téllez Girón y de la Cueva, Pedro (I duque de Osuna)"
en VV. AA.: Diccionario Biográfico Español, Real Academia de la Historia, 
Tomo XLVII (Solé i Sabarís – Tolosa Latour), Madrid 2013,
 ISBN 978-84-1569-09-6: pp. 741-742. 

           
Hijo de Juan Téllez Girón, IV Conde de Ureña (1531-1558), y de María de la Cueva y Toledo, hija de los duques de Alburquerque y Camarera mayor de la reina Isabel de Valois, tercera esposa de Felipe II.

Durante su vida contrajo matrimonio en 2 ocasiones. La primera de ellas fue con doña Leonor Ana de Guzmán y de Aragón, hija de los duques de Medina Sidonia, con la que tuvo 11 hijos, entre ellos:

-         Juan, II Duque de Osuna y I Marqués de Peñafiel.
-         María, casada con el Duque de Frías.
-         Ana, casada con el Marqués de Tarifa.

 Su segundo matrimonio sería con doña Isabel de la Cueva y de Castilla, hija de los duques de Alburquerque, con la cual sólo tuvo un hijo, que falleció siendo niño.   


Desarrolló una importante carrera diplomática y militar. Sería herido en la batalla de San Quintín (1557). Con él, el desempeño del cargo de Notario Mayor de Castilla sigue vinculado a la Casa de los Girones. Acompañaría a Felipe II en su viaje a Inglaterra para contraer matrimonio con la reina María de Tudor. Formaría parte del Consejo de Estado, y como diplomático fue embajador en Portugal y Roma. Tuvo una especial relevancia su intervención en la incorporación del reino de Portugal a la Corona.

En el año 1562 recibió de Felipe II la merced de ser el primer duque de Osuna, en atención a los servicios hechos por su padre a Carlos V, siendo camarero del rey. Posteriormente se le concederá el Toisón de Oro. De esta forma se consolidaba su villa de Osuna, como capital de su estado andaluz, compuesto por los señoríos de: Archidona (Málaga), Olvera (Cádiz), Osuna, El Arahal, Morón de la Frontera y La Puebla de Cazalla (Sevilla).

En el año 1563 abandonó su villa de Osuna, y se establece en Castilla y en la Corte. En el año 1568 el rey le concedería el marquesado de Peñafiel para su hijo, título que desde ese momento siempre se vinculó al primogénito de la Casa ducal de Osuna. Al año siguiente en 1569, intervendría en la represión de los moriscos de las Alpujarras.

 Su regreso a Andalucía se produce en el año 1573, con motivo del recrudecimiento de los conflictos que la Casa mantenía con los distintos Concejos de sus villas señoriales desde la época de su padre. En los años 1573-1574 se produjo en su villa de Morón una auténtica revuelta popular que desafió la autoridad señorial, al emprender los vecinos de esta villa una lucha contra sus representantes ducales en busca de conseguir su autogobierno.

Felipe II le despachó título de Virrey y Capitán general de Nápoles, fechado el 22 de diciembre de 1581. Tomó posesión del cargo en Nápoles el 28 de noviembre de 1582, sustituyendo al príncipe de Pietrapierzia.

Con él se inicia una tendencia en la Casa Ducal de Osuna, la ocupación de importantes cargos en Cataluña e Italia (Nápoles, Milán y Sicilia), a lo largo del siglo XVII, así como el inicio del absentismo del señor de sus estados. El I Duque de Osuna sería Virrey de Nápoles (1582-1586), el III Duque lo sería de Sicilia (1610-1615) y de Nápoles (1615-1620), el IV Duque también lo sería de Sicilia (1656), y el V Duque, ejerció como Virrey de Cataluña y Gobernador del Estado de Milán (1669-1674).

Durante su mandato virreinal ejercería una política antinobiliaria y de control social que provocó que se ganara una enemistad casi generalizada. En 1583 fue agasajado con arcos de triunfo con motivo del día de San Juan Bautista. Durante su mandato tuvo que afrontar en el año 1585, una grave carestía provocada por la escasez de trigo, que terminó en revuelta popular, que logró apaciguar de forma violenta. Su rigidez en lo político tiene un contrapunto en el impulso que le dio a ciertas obras públicas para mejorar el abastecimiento de la ciudad, y en garantizar la seguridad defensiva del reino.          

Posiblemente durante su estancia en Nápoles, estuvo acompañado de su nieto Pedro Téllez Girón (futuro III Duque de Osuna), que se formaría y educaría en la cultura italiana, lo cual favorecería que también ocupara años más tardes el mismo virreinato de su abuelo.  

Pedro Téllez Girón, I Duque de Osuna, a su marcha de Nápoles sería sustituido por el conde de Miranda. Ya enfermo no tuvo ningún otro cargo. Otorgó testamento en Madrid el 13 de septiembre de 1590,  en el cual insistía en la fidelidad de su Casa con respecto al rey. Fallecería ese mismo año. Sus restos mortales se encuentran en la capilla del Calvario, en la cripta ducal del Santo Sepulcro, en la Colegiata de Osuna, así como la de su esposa Leonor Ana de Guzmán (fallecida en 1573).


BIBL.: CABRERA DE CÓRDOBA, Relaciones de las cosas sucedidas en la Corte de España desde 1599 hasta 1614, Martín Alegría, Madrid 1587, pág. 345. ARTALE RASCAGLIA, Imprese, motti e versi fatti in lode dell´Illustrissimo et Eccellentissimo Signor Don Pietro Girone, Duca di Ossuna, e Vicerè di Napoli, nelle solenni Festività del Santísimo Sacramento, e del glorioso san Giovanni Battista nell´anno 1583, Giosppe Cacchii, Nápoles 1584 (ejemplar en Biblioteca Nacional de París, K-5338). N. F. FARAGLIA, “Il tumulto napolitano dell´anno 1585”, en Archivio Storico per le Province Napoletane, XI, 1886, págs. 433-436. R. VILLARI: La rivolta antispagnola a Napoli. Le origini (1585-1647), Roma-Bari, LAterza, 1967, ed. española Alianza Editorial, Madrid 1979. F. LEDESMA GÁMEZ, “Violencia señorial y respuesta popular: Morón, 1574”, en Mauror nº 1 (Morón de la Frontera, 1996), págs. 63-70. J. I. MARTÍNEZ DEL BARRIO, “La vocación europeísta de la nobleza andaluza en la Edad Moderna: La Casa de Osuna en Italia”, en Actas del II Congreso de Historia de Andalucía (Córdoba 1991), Junta de Andalucía, Cajasur, Córdoba 1995, Tomo 7. Vol. I. Historia Moderna,  págs. 474-475. F. LEDESMA GÁMEZ, “Morón y los Girones: El reflejo documental de una relación conflictiva (siglos XVI-XVIII)”, en Actas de las V Jornadas de Temas Moronenses (26 al 30 de septiembre de 2001), Fundación Fernando Villalón (Patronato Municipal de Cultura) - Exmo. Ayto. de Morón de la Frontera, Morón de la Frontera (Sevilla), 2003, págs. 75-96.


                                                                                                              Francisco Javier GUTIÉRREZ NÚÑEZ

Juan Téllez Girón y de la Vega


TÉLLEZ GIRÓN Y DE LA VEGA, Juan. 
Osuna 25.IV.1494 - Osuna, 19.V.1558. IV Conde de Ureña.



Francisco Javier Gutiérrez Núñez:  "Téllez Girón y de la Vega, Juan (IV Conde de Ureña)"
en VV. AA.: Diccionario Biográfico Español, Real Academia de la Historia, 
Tomo XLVII (Solé i Sabarís – Tolosa Latour), Madrid 2013,
 ISBN 978-84-1569-09-6: pp. 753-755. 



Sería el tercer hijo de Juan Téllez Girón, II conde de Ureña, y Leonor de la Vega, y en principio estaba alejado de la sucesión y de los avatares políticos y militares de su linaje; el cual había alcanzando gran predicamento durante el reinado de Enrique IV, gracias a su abuelo Pedro Girón, Maestre de la Orden de Calatrava.

Ante tal circunstancia recibiría una educación destinada a ser eclesiástico. Ella fue dirigida por su madre, siendo esmerada y singular para su tiempo, entre lo medieval y lo moderno, entre lo escolástico y lo humanista. Se centró en el estudio de las letras, la gramática, los sagrados cánones, la música y la pintura. Todo ello moldeó su personalidad, siempre proclive a las letras, al estudio y al rezo, antes que al ejercicio de lar armas. Sin embargo por falta de vocación, abandonó el proyecto paterno y no se consagró, retirándose a la villa del Arahal, donde viviría con una modesta pensión. Se le atribuye la repoblación de esta villa.

Sobre su personalidad se conserva una valoración hecha por Jerónimo Gudiel: “era de claro entendimiento y de reposado juicio, de entrañas blandas y muy amorosas, su trato y conversación era lleno de discreción y dulzura, que aficionaba grandemente a todos los que conversaban de él”.

El 25 de abril de 1531 a la muerte de su hermano Pedro (III conde), llegaría a un acuerdo y capitulación con su viuda Mencía de Guzmán, quién reclamaba los señoríos para su hija Mariana Girón. Ésta terminó por ser excluida de la sucesión y Juan heredaba y tomaba posesión del mayorazgo de los Girón.

El 25 de abril de 1532 contrajo matrimonio con doña María de la Cueva, hija del II duque de Alburquerque. Con ella tuvo 6 hijos, aunque sólo sobrevivieron 4:

  1.      Pedro (I duque de Osuna). Casado dos veces, la primera con doña Leonor Ana de Guzmán y Aragón (hija de los duques de Medina Sidonia) y la segunda con doña Isabel de la Cueva y de Castilla (hija de los duques de Alburquerque).
  2.            María, casada con el Duque de Nájera.
  3.            Magdalena, casada con el Duque de Aveyro.
  4.         Leonor, casada con Pedro Fajardo Fernández de Córdoba, III Marqués de los Vélez. Ella falleció el 6 de julio de 1566, contrayendo el Marqués un segundo matrimonio con Doña Mencía Requesens y Zúñiga en el año 1571.


Juan Téllez Girón sería Camarero Mayor de Carlos V, Notario Mayor de Castilla y miembro de su Consejo. Asistió a las Cortes de Toledo del año 1539. Sin embargo su paso por la Corte fue efímero, porque pronto se retiró a Osuna para administrar sus estados. Afrontó un proceso de reconstrucción y saneamiento de la hacienda y administración señorial, pagando las deudas que le dejaron su padre y su hermano.


Él y su esposa realizarían un amplio proceso de mecenazgo cultural y religioso en su villa de Osuna, siendo los artífices de la fundación de Iglesia Colegial de Nuestra Señora de la Asunción (1534), más conocida como la Colegiata, donde situaría el panteón de los miembros de su linaje (Santo Sepulcro). Además acometieron la fundación de la Universidad la Concepción (8 de diciembre de 1548), su Colegio Mayor y el Hospital de la Encarnación. Osuna se convertiría en un centro cultural de importancia bajo la influencia del Renacimiento sevillano. A él mismo se atribuyen incluso algunos de los murales de la sala “Girona” de la Universidad de Osuna.

Su estado señorial andaluz se componía de las villas de Archidona (Málaga), Olvera (Cádiz), Osuna, El Arahal, Morón de la Frontera y La Puebla de Cazalla (Sevilla). En dichas villas realizarían hasta 16 fundaciones religiosas, 12 masculinas y 4 femeninas. Durante su vida realizó 14 fundaciones, siendo completadas con 2 más por su viuda (concepcionistas de Osuna y mínimas de Archidona). De las 12 fundaciones masculinas, los franciscanos contaron con 4 conventos, los mínimos con otras 4, los dominicos con 2, y los agustinos y carmelitas tan solo con una. Este ciclo de fundaciones sin duda hay que ponerlo en relación con la creación de la Universidad y, sobre todo con su Facultad de Teología.

 Otorgaría testamento en Osuna el 12 de octubre de 1556 ante el escribano Alonso de la Cámara, y codicilo el 5 de mayo de 1558. En su testamento de 1558 declaraba haber invertido más de 300.000 ducados en todas sus fundaciones. Este documento nos descubre cuáles fueron las devociones que marcaron su vida, el Santísimo Sacramento, la Inmaculada Concepción, Ntra. Sra. de la Encarnación y San Marcos, por ser el 25 de abril el día en que nació. Dicho día heredó el condado, se casó y tuvo una de sus hijas. Continuando su labor su hijo Pedro, V conde de Ureña y I duque de Osuna, realizaría otras 8 fundaciones más.

 Juan Téllez Girón falleció en Osuna el 19 de mayo de 1558. El día de su entierro su féretro fue llevado entre otros por su hijo Pedro (futuro I duque de Osuna), por el marqués de los Vélez (su yerno), y por el duque de Arcos (su sobrino), desde su palacio-fortaleza hasta la Capilla del Santo Sepulcro, en la misma Colegiata que él fundó. Su epitafio resume toda su vida y trayectoria:

“Aquí yace el Ilmo. Y Excmo. Sr. D. Juan Téllez Girón, IV Conde de Ureña, gran cristiano y amigo de obras santas en las cuáles empleó su vida y su hacienda, reedificando muchas iglesias y casas de oración en sus Estados, fundando y dotando en el de esta Andalucía 16 Monasterios, la Universidad y el Colegio, Iglesia Colegial de aquí y esta Capilla del Santo Sepulcro, para entierro de sus padres. Fue casado con la Ilma. y Excma. señora Doña María de la Cueva, y murió antes que ella y muy santamente con grande fervor y ayuda de Nuestro Señor, día de la Ascensión como lo había deseado, en esta su villa de Osuna a 19 de mayo de 1558”.

Su esposa doña María de la Cueva fue camarera de la Reina doña Isabel de Valois, con la cual comparte la introducción y promoción en España de la devoción de la Virgen de la Soledad por los Padres Mínimos. San Francisco de Paula en señal de agradecimiento por su protección regaló al rey de Francia una pintura representando a la Virgen dolorosa. Ese cuadro terminó siendo cedido por el rey galo a su hija Isabel de Valois, y pasó a España cuando se casó con Felipe II. Isabel tuvo el deseo de tener esa misma imagen en escultura, y le encargó a Gaspar de Becerra la ejecución de la misma. Tras varios intentos, la imagen tallada terminó por ser aceptada por la Reina. Ésta, encargo a la condesa de Ureña, que vistiera la imagen con la indumentaria de luto usada por las viudas de la Casa Real española, que consistía en una túnica de lino blanco con plegado múltiple vertical y manto negro. La imagen terminó siendo venerada en el convento de la Victoria  de Madrid, a la cual estuvieron muy vinculados posteriormente los duques de Osuna.

El 9 de abril de 1566 fallecía su esposa en el Palacio Real de Madrid, siendo depositados sus restos en el convento de Santa María de la Cruz, en las cercanías de Madrid. Posteriormente fueron trasladados y depositados en el Santo Sepulcro de la Colegiata de Osuna, juntos a los de su marido.


Francisco Javier GUTIÉRREZ NÚÑEZ


BIBL.: Fray José Gómez de la Cruz, Prodigiosa vida y admirable muerte de nuestro glorioso Padre San Francisco de Paula, Madrid, 1727, págs. 366-371.A. M. ARIZA Y MONTERO-CORACHO, Bosquejo biográfico de Don Juan Téllez Girón, IV conde de Ureña, Imprenta de E. Trujillo, Osuna, 1890. F. OLID MAYSOUNAVE, Una figura del siglo XVI osunés: Don Juan Téllez Girón, IV conde de Ureña y sus fundaciones. Osuna, 1940. H. SANCHO DE SOPRANIS, “Don Juan Téllez Girón y la Universidad de la Concepción de Osuna”, en Hispania, 1958, vol. XVII, págs. 358-436. I. ATIENZA HERNÁNDEZ,  Aristocracia, poder y riqueza en la España Moderna. La Casa de Osuna, siglos XV-XIX, Siglo Veintiuno de España Editores S. A., 1ª edic., Madrid 1987, págs. 100, 110, 122, 177, 259, 273 y 331. A. DE LA BANDA Y VARGAS, La Colegiata, Caja de Ahorro San Fernando de Sevilla y Jerez, Sevilla 1995. J. I. MARTÍNEZ DEL BARRIO, “La vocación europeísta de la nobleza andaluza en la Edad Moderna: La Casa de Osuna en Italia”, en Actas del II Congreso de Historia de Andalucía (Córdoba 1991), Junta de Andalucía, Cajasur, Córdoba 1995, Tomo 7. Vol. I. Historia Moderna,  pág. 474. M. GARCIA FERNÁNDEZ, “Señores y vasallos en la Osuna del Renacimiento: Los Primeros Condes de Ureña (1469–1558)”, en Apuntes 2. Apuntes y documentos para una historia de Osuna, nº 1 (Osuna, Diciembre 1996), págs. 7-24. M. NOZALEDA MATA, F. LEDESMA GÁMEZ, “La Hacienda de la Casa de Osuna en el siglo XVI: historia de un mito”. Apuntes 2. Apuntes y documentos para una historia de Osuna, nº 1. Sevilla, 1996, págs. 94-110. V. SÁNCHEZ RAMOS, “Sangre, honor y mentalidad nobiliaria: la Casa Fajardo entre dos siglos”, en Revista Velezana nº 24 (Vélez Rubio, 2005), pág. 32. F. J. GUTIÉRREZ NÚÑEZ, “La presencia de la Orden mínima en el estado señorial de Osuna. El caso particular del convento de La Puebla de Cazalla (Sevilla), (1555-1835)”, en V. SÁNCHEZ RAMOS, V. (ed.): Los mínimos de San Francisco de Paula en Andalucía, Instituto de Estudios Almerienses, Ayuntamiento de Vera (Almería), Orden Mínima, Almería 2006, págs. 339-348.

Desvelada la autoría del camarín de Nuestro Padre Jesús Nazareno (Marchena)

    Desvelada la autoría del camarín de 

Nuestro Padre Jesús Nazareno



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El marchenero Joaquín Márquez ha llevado una investigación de 'Las colecciones estilistas de Imaginería Sevillana en las antiguas colonias españolas en Guatemala y la Villa Ducal de Marchena España)', en la que aparte de algunos parecidos entre imágenes religiosas de tan lejanos lugares, ha desvelado que el camarín de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que se proyectó en 1718, es autoría de Juan Pérez y Juan Muñoz. Además, en su estudio, publicado en el último número de la Revista Modelino especializada en escultura, Joaquín Márquez muestra el parecido entre la Virgen de la Palma antes de su restauración y una Virgen de los Dolores de Guatemala.
El autor defiende en base a documentación encontrado en el Fondo del Arzobispado de Sevilla, concretamente un auto del Arzobispo, que los autores son Juan Pérez y Juan Muñoz, lo que desmonta la creencia de que era obra de Jerónimo de Balbás, por introducir este los estipetes en España.



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En cuanto a las Iglesias marcheneras, el autor exponía el pasado año la pieza expuesta como objeto ex voto en la Iglesia de Santa María pertenecía a un fragmento de pez sierra.
En esta ocasión, el descubrimiento va más allá aún, pues se trata del camarín de Nuestro Padre Jesús Nazareno, el Señor de Marchena, ante el cual el pueblo marchenero ha rezado desde hace unos cuatro siglos, casi tres de ellos de historia en el famoso camarín.

Aparte de la posible autoría de Balbás, se había argumentado la posibilidad de que fuera obra de Tomás Guisado, al actuar de fiador del contrato para el dorado del retablo concertado con Miguel Carreño en 1756, quedando eso sí confirmado según el estudio de Márquez, que a este último pertenece la autoría de las dos puertas del camarín, que según se señala en el texto debía por entonces contar ya con cerca de tres décadas desde su construcción, a juzgar por el zócalo del mármol con la escritura 1727.
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El seis de julio de 1718 iniciaría la petición de autorización para el camarín la hermandad de Jesús, firmada por su mayordomo Juan López Díaz. Dos días más tarde, el licenciado Diego Ponce de Lucenilla instaba a Juan Pérez y a Juan Muñoz, que rezan como maestros de albañilería y carpintería, declarar el lugar donde la hermandad instalaría el camarín, que fue a espaldas del altar mayor, puesto que no consta que éste aún tuviera retablo, indica Joaquín Márquez en su estudio.

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El investigador marchenero explica que Alonso de Baeza y Mendoza emitió el auto arzobispal para que Pérez y Muñoz realizaran el camerín, dictado en 3 de agosto de 1718.

Asimismo, aparte de que las puertas las realizara Tomás Guisado, es posible que el socio de Juan Muñoz, el escultor José de Guillena, también participara en la realización de esta obra.

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Por otra parte, dentro del mismo estudio, Joaquín Márquez refleja relaciones entre la escultura de la Virgen de la Palma antes de ser restaurada y la de Nuestra Señora de los Dolores de Guatemala, atribuyendo a ambas un cariz dulce y sereno, cejas arqueadas en forma de media luna, tratamiento idéntico de numerosos rasgos faciales y musculatura de cuello o delicadeza en las manos.

La presencia de colonos españoles procedentes de Marchena como Andrés Romero o la posibilidad abierta por el restaurador de la Virgen de la Palma, Juan Pérez Conde, de que esta talla pueda ser de origen colonial, así como la frecuente actividad comercial vía marítima entre ambos continentes, fortalecen las tesis de similares orígenes y formas de esculpir, siendo probable que la Virgen de la Palma date de la primera mitad de siglo XVIII, al igual que la parecida Virgen de los Dolores de Guatemala.

Asimismo, los detalles en el templo de San Agustín, donde se reflejan motivos frutales propios del trópico o ángeles amerindios en yeserías, refuerzan el estudio de Joaquín Márquez en el que insiste en las importantes relaciones de la imaginería de ambos puntos del continente.


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